La Policía Nacional reveló este viernes (14/10/2022) detalles sobre la muerte de la fiscal Karen Gabriela Almedares Herrera a manos de su esposo y colega Isaí Evenot Campos Rodríguez.

Las investigaciones indican que habría planeado el crimen y contrato a su sobrino Pablo Noel Marcia Rodríguez y a otro sujeto para tal propósito.

Según las autoridades, se hicieron labores seguimiento y monitoreo de los dispositivos del acusado fechas cercanas al hecho y descubrieron que existía una relación tensa en la pareja.

Entonces, fue que campos planificó salir con sus hijos, mientras su esposa era asesinada por su su sobrino y un hombre que permanece prófugo, cuando regresaba a su vivienda después del trabajo.

Al parecer, este hecho tendría una motivación pasional, pues el fiscal sospechaba que su esposa le era infiel pero no hubo evidencias de ello.

Los hechores se habrían desplazado en tres vehículos diferentes para cometer el crimen ocultando las placas de las cámaras de seguridad y así poder evitar a las autoridades.

El plan de Campos era dar cuartada de su sobrino, manifestando que no verían en todo el día, mientras el asesino se dirigiría a San Lorenzo, Valle, a bordo de uno de los autos.

Una vez en el lugar, el fiscal les daría instrucciones finales a los hechores, para posteriormente modificar la escena del crimen en su casa. Retirando balas del lugar, moviendo casquillos y apoderándose del celular de su esposa.  

Los oficiales indicaron que el autor material intentó quitarse la vida con sustancias venenosas, al saber que era investigado, sin embargo fue rescatado y atendido antes de morir.  

 Campos habría sentido celos y manifestado conductas violentas con su esposa previo al crimen, ya que intuía que sus citas en el gimnasio eran una pantalla para cometer adulterio.

Algunos testigos manifestaron que “le llegaron chismes de que su esposa le era infiel, por lo que se molestó mucho y planificó la muerte de ella”.

Por su parte, el sobrino del fiscal, Pablo Noel Marcia Rodríguez, enfrenta una condena de entre 20 y 25 años de reclusión por el delito de homicidio con fines lucrativos.