Las ZEDE podrían ser la clave para reducir la migración latinoamericana a EE.UU.
La América Latina, ya muy afectada por la pandemia, enfrenta hoy un fuerte aumento de la pobreza junto con un éxodo de sus ciudadanos hacia otras partes del mundo. Las oportunidades de empleo limitadas, el aumento del costo de vida y la inflación desenfrenada están impulsando a más inmigrantes latinoamericanos a los EE. UU. En octubre de 2022, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. informó de 2,3 millones de detenciones de migrantes en la frontera sur en el último año. Los problemas de la región se han traducido en que muchos inmigrantes están huyendo hacia el norte, hacia los EE. UU., creando una afluencia de latinoamericanos educados que huyen de las dificultades de regreso a casa.
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Esta realidad hace que la reacción contra las zonas de desarrollo económico en Honduras, denominadas Zonas de Empleo y Desarrollo Económico, también conocidas como ZEDE, sea más preocupante. En Honduras, las ZEDE pueden implementar políticas económicas favorables al crecimiento muy necesarias que atraigan y permitan el flujo de inversiones extranjeras al país. Las ZEDE ofrecen una oportunidad única para atraer inversiones, crear empleos y promover el crecimiento económico en un país que lo necesita desesperadamente.
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Honduras es uno de los países más pobres y desiguales del hemisferio occidental y necesita desesperadamente inversión extranjera si el país quiere recuperar su economía tras la pandemia de COVID-19. En este contexto, la misión de la presidenta Xiomara Castro de derogar la ley que dio origen a las ZEDE genera preocupaciones que podrían sentar un peligroso precedente que permitiría desmantelar sistemáticamente cualquier organización que beneficie económicamente a los hondureños. Esta medida podría conducir a una grave inestabilidad política, la pérdida de inversiones extranjeras y empleos, y la reversión de décadas de crecimiento económico.
Si bien algunos críticos argumentan que estas zonas socavan la soberanía, no reconocen que Honduras ha luchado durante mucho tiempo contra la corrupción, la inestabilidad política y un sistema legal inadecuado que ha sofocado el desarrollo económico. Las ZEDE tienen como objetivo abordar estos problemas mediante la creación de una zona separada y autónoma con su propio marco legal, sistema judicial y mecanismos de resolución de disputas.
Una disposición clave de la ley ZEDE que a menudo se pasa por alto es que el 90% de las oportunidades laborales en estas zonas deben ofrecerse a ciudadanos hondureños. Este es un aspecto crucial de la ley, ya que asegura que los residentes locales se beneficien de la actividad económica generada por las zonas. Al priorizar el empleo local, las ZEDE pueden ayudar a abordar el desempleo crónico y la pobreza que han afectado a Honduras durante mucho tiempo.
En un país donde la tasa oficial de desempleo ronda el 7,95% , las ZEDE ofrecen la oportunidad de crear empleos formales con salarios y beneficios justos. Esto es particularmente importante a la luz de la devastación económica provocada por la pandemia de Covid-19, que ha afectado particularmente a América Latina. La creación de nuevos puestos de trabajo a través de las ZEDE puede ayudar a enfrentar esta crisis proporcionando ingresos a las familias y contribuyendo a la recuperación económica general del país.
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Es crucial que los formuladores de políticas de la región adopten políticas que promuevan el crecimiento económico, la creación de empleo y la prosperidad, especialmente dada la devastación económica causada por la pandemia de Covid-19. Prospera, una ZEDE en la isla de Roatán, es un ejemplo del potencial de este tipo de zonas. Aprovecha la industria turística de la isla y las inversiones en infraestructura de atención médica, fabricación ligera de alta tecnología, innovación FinTech y desarrollo de bienes raíces residenciales y comerciales. Los inversionistas privados ya han comprometido decenas de millones de dólares en estos esfuerzos, con la esperanza de generar una sólida actividad económica que creará empleos e ingresos que se necesitan desesperadamente y fomentará el optimismo sobre el futuro económico de la región.
El intento de Xiomara Castro de erradicar las ZEDE en Honduras es una decisión miope que podría amenazar el futuro económico del país y atraer a más inmigrantes latinoamericanos a EE.UU. No sorprende que la satisfacción de los estadounidenses con la inmigración a los EE. UU. haya caído al nivel más bajo en una década según una encuesta de Gallup del mes pasado. Pero al apoyar enfoques innovadores como las ZEDE, los legisladores pueden dar pasos importantes hacia la construcción de un futuro económico más brillante para sus ciudadanos. Las ZEDE presentan una oportunidad única para el crecimiento económico y el desarrollo en Honduras, pero es posible que su verdadero potencial nunca se realice por completo si el gobierno de Castro busca bloquearlas.
[Foto de Tomás Castelazo, vía Wikimedia Commons]
Ramón Hernández es un escritor e investigador independiente que se enfoca en las políticas económicas de América Latina, con sede en Honduras. Los puntos de vista y opiniones expresados en este artículo son los del autor.