El Colegio Médico de Honduras (CMH) ha levantado su voz de protesta ante las supuestas desigualdades en el pago de salarios a los médicos especialistas cubanos que pronto llegarán al país para suplir la demanda de expertos en los centros hospitalarios.

Esta denuncia se basa en la información que señala que los médicos cubanos recibirán un salario mensual de 2 mil dólares, equivalente a 49,500 lempiras, una cantidad significativamente mayor al pago que reciben los especialistas hondureños, que asciende a 32,000 lempiras.

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El vicepresidente del CMH, Samuel Santos, expresó su preocupación al cuestionar por qué a un médico especialista hondureño no se le puede otorgar un salario equivalente, planteando la falta de igualdad de condiciones en el trato a los profesionales de la salud.

Además, desmintió la afirmación de que los médicos nacionales no desean trabajar en zonas remotas, señalando que muchos han migrado a Europa por falta de oportunidades en Honduras.

Santos aseguró que los médicos cubanos estarán asignados en los hospitales de las principales ciudades del país, contradiciendo la información previamente divulgada por el Gobierno sobre su ubicación en zonas lejanas.

Por otro lado, el doctor y diputado por el partido Libre, Marco Eliud Girón, destacó que el CMH estaría viendo con sesgo político la llegada de médicos cubanos, cuando deberían recibirlos de manera positiva.

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En cuanto al pago de los médicos cubanos, Girón aclaró que no será el Estado de Honduras quien les pague, sino la Organización Mundial de la Salud (OMS), con la que el Gobierno de Cuba tiene un tratado. Además, mencionó que las especialidades que cubrirán los médicos cubanos son aquellas en las que Honduras carece de personal médico, como geriatras, endocrinólogos, cardiólogos y oftalmólogos.

El congresista hizo hincapié en que, a lo largo de los años, brigadas médicas de otros países han visitado Honduras, y el Colegio Médico ha mostrado flexibilidad hacia ellos, pero que no se observa la misma actitud con los médicos cubanos. Girón hizo un llamado a la solidaridad, instando a dejar de lado los temas ideológicos y ser receptivos con la llegada de profesionales de la salud de cualquier nacionalidad.