Xiomara Castro, el peso del apellido
Expertos ven con ella, admiradora de los regímenes de Cuba y Venezuela, “tanta esperanza”; especialistas: hay que combatir la “violencia, el desempleo” y la corrupción
La presidenta electa Xiomara Castro asistió ayer a una manifestación en los bajos del Congreso Nacional, en Tegucigalpa. Foto: Tomada del Facebook «Xiomara Castro Presidenta».
San José. – Iris Xiomara Castro Sarmiento es hondureña de 62 años y empresaria, fue primera dama de Honduras de 2006 a 2009 y, a partir del próximo jueves, será la cuarta centroamericana y la decimotercera latinoamericana y caribeña en la historia en ocupar la presidencia de un país de América Latina y el Caribe.
Madre de Zoe, Héctor Manuel, Hortensia Xiomara y José Manuel Zelaya Castro, esta mujer que, como candidata del opositor e izquierdista Partido Libertad y Refundación (Libre), ganó las elecciones presidenciales hondureñas del pasado 28 de noviembre, también arrastra un apellido controversial que exhibe con orgullo: es Castro de Zelaya como esposa del depuesto y controversial presidente de Honduras, Manuel Zelaya Rosales.
¿Qué influencia ejercerá su esposo en su cuatrienio frente al deterioro socioeconómico de Honduras, con una imparable migración irregular de hondureños a Estados Unidos y en un país que en el siglo XXI se consolidó como bastión clave del narcotráfico del sur al norte de América y mostró una creciente crisis de inseguridad, violencia callejera, homicidios y feminicidios?
El cardenal hondureño y arzobispo de Tegucigalpa, monseñor Óscar Rodríguez Maradiaga, resumió en dos palabras—“tanta esperanza”—la expectativa que existe entre la población del país que, con Nicaragua y Haití, está entre los más pobres de América Latina y el Caribe, por la llegada de Castro de Zelaya a la presidencia.
“Pidamos que sea el Señor Jesús y no las ideologías o los pensamientos limitados de intereses los que guíen esta nueva etapa”, clamó en su homilía del domingo anterior.
La próxima presidenta “está identificada con el pueblo, con mucha empatía”, afirmó, por su parte, el abogado hondureño José Luis Baquedano, asesor legal de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH).
“Castro tiene mucha disponibilidad de resolver aquellos problemas que afectan al pueblo hondureño. Se debe reconocer que los trabajadores somos los que producimos los bienes y servicios y generamos una riqueza que va a manos privadas. El trabajador vive y muere en la miseria”, dijo Baquedano a EL UNIVERSAL.
“Se requiere justicia social para que el trabajador en Honduras tenga mejor calidad de vida, que el nuevo gobierno haga inversión social en beneficio del pueblo e incentive a empresarios nacionales y extranjeros a invertir en el país para generar empleo y evitar esas caravanas masivas de hondureños que buscan oportunidades en otros países”, agregó.
Castro sustituirá a Juan Orlando Hernández, gobernante 2014 a 2018 y 2018 a 2022 y del derechista Partido Nacional (PN), en un escenario de acusaciones de narcotráfico en Estados Unidos que marcó al actual gobernante y a otras figuras de esa fuerza política. Hernández rompió la regla de reelección prohibida y, con sus dos periodos, llevó al PN a completar 12 años consecutivos, ya que también gobernó de 2010 a 2014 con Porfirio Lobo.
Vecindario
Admiradores de los regímenes socialistas de Cuba y de Venezuela, amistades de la pareja gobernante en Nicaragua—el presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo— y de los ex presidentes izquierdistas Evo Morales, de Bolivia, Rafael Correa, de Ecuador, y Fernando Lugo, de Paraguay, Castro y Zelaya son conscientes de otra realidad: financiera y comercialmente, Honduras depende de Estados Unidos en muchos factores.
Tras ser depuesto el 28 de junio de 2009 por militares y político en medio de un acercamiento suyo con los gobiernos izquierdistas de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, Zelaya y Castro reforzaron sus lazos con la izquierda hemisférica. La pareja se alió a instancias como el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, que reúnen a la izquierda interamericana.
Pero más allá de proclamas populistas, la realidad hondureña es dramática.
Con un total que, según datos al viernes anterior del Fondo de Población de las Naciones Unidas, ya llegó a 10.1 millones de habitantes, los porcentajes oficiales calcularon que la pobreza moderada o extrema golpea en Honduras a por lo menos el 60%, con riesgo de que sea superior por las secuelas socioeconómicos del coronavirus.
“Las causas estructurales que hacen que la gente esté saliendo del país no van a cambiar por arte de magia, porque son estructurales”, advirtió la hondureña Karla Rivas, coordinadora de la (no estatal) Red Jesuita con Migrantes Centroamérica, de Honduras.
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“Se requiere un planteamiento para esas razones por las que la gente está obligada a migrar puedan cambiar y esos cambios son a futuro. Que terminen estos 12 años (del PN) de debilitamiento institucional abre la puerta de una esperanza de reconstruir al Estado, para que la gente mejore sus condiciones (de vida)”, explicó Rivas a este diario.
“Las tareas de Castro son titánicas tras la debilidad de 12 años: aumentó la migración forzada y la presencia de niños y niñas en la ruta migratoria. La violencia y el desempleo que causan la migración requieren un tratamiento estatal de más de cuatro años de gestión”, aseveró.
Al anticipar que la migración desde Honduras proseguirá, por ser un derecho humano y porque las causas persistirán, exhortó para que “el cambio signifique un diálogo de todos los sectores para enfrentar la violencia y el desempleo y que la gente quiera quedarse en Honduras para construir su proyecto de vida”.
Un factor crucial será el nexo de Washington con Castro. “EU, meta de los migrantes, tiene un discurso diferente para Honduras y en especial para la administración de Castro. Esa puede ser otra puerta que no sabemos exactamente cómo va a funcionar, pero es una puerta en positivo que abre diálogo, sin olvidar que EU siempre tiene intereses y no tiene amigos”, alertó Rivas.
En millones
Honduras pasó de captar 5 mil 736 millones de dólares en remesas familiares en 2020 a 7 mil 370 millones de dólares en 2021, la mayoría procedentes de EU como hogar de los hondureños que, por vías regulares e irregulares, migraron en forma masiva desde la segunda mitad del siglo XX y, con mayor intensidad, en el siglo XXI para escapar de la pobreza, el desempleo, la violencia, la inseguridad y la criminalidad.
Con un comercio exterior de enero a noviembre de 2021 de 16 mil 737,2 millones de dólares, EU se reconfirmó como principal socio comercial de Honduras: el 31.6% de los 4 mil 744,4 millones de dólares exportados por Honduras en ese periodo tuvo a EU como destino y el 33.1% de los 11 mil 992,4 millones de dólares importados por ese país registró al mercado estadounidense como origen.
Cifras oficiales mostraron que Honduras subió de un acumulado de 8 mil 132 pacientes de Covid—19 y 306 decesos al 13 de junio de 2020 a 387 mil 515 casos y 10 mil 468 fallecidos al 21 de este mes, cuando contabilizó la aplicación de 9 millones 922 mil 570 dosis aplicadas de las diferentes vacunas.
Datos del Observatorio de la Violencia de la (estatal) Universidad Nacional Autónoma de Honduras determinaron que los homicidios en ese país de 2004 a 2021 superaron los 82 mil 900 casos, en un país doblegado por décadas de impunidad y corrupción.
“La violencia es la causa principal que motivó la salida” de miles de hondureños al exterior y la migración interna, con un fenómeno atizada por las maras o pandillas, recordó la venezolana Tamara Taraciuk, directora interina de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW).
“Los hondureños fueron casi un cuarto del total de solicitantes de refugio en México solamente detrás de los haitianos” en 2021, señaló Taraciuk a este diario.
Tras lamentar que, por diversos motivos, se debilitó la lucha anticorrupción y contra la impunidad en Honduras, destacó que la defensa del Estado de Derecho y de los derechos humanos serán esenciales para Castro. “La lucha anticorrupción es una oportunidad para implementar medidas que traten de resolver problemas históricos de Honduras”, puntualizó.
Boxeo político
En la antesala de que el Congreso de Honduras juramente a Castro surgió el pugilismo político. De sus 128 escaños, 50 son de Libre, 44 del PN, 22 del opositor y derechista Partido Liberal, 10 del Partido Salvador de Honduras (centro) y el resto de dos minoritarios.
En una tormentosa sesión de boxeo sin guantes el viernes anterior, el Congreso de del periodo 2022 a 2026 inició ese día las tareas para elegir un directorio provisional, ya que deberá instalarse el próximo martes con una directiva definitiva.
La violencia estalló con una exhibición de trompadas, puntapiés, insultos y empujones con 20 legisladores de Libre que se distanciaron de Castro sobre el presidente legislativo provisional y apoyaron a un congresista del PN, en un choque en el estrado principal al que se sumaron parlamentarios de otros partidos.
Castro acusó a los disidentes de “traicionar” el acuerdo de su coalición con otros partidos y de aliarse al “crimen organizado, la corrupción y el narcotráfico” del PN.
Por eso, hay una duda. Como primera mujer presidenta de Honduras, ¿quedará encerrada Xiomara Castro de Zelaya en un cuadrilátero de 48 meses de… boxeo político?(José Meléndez/ El Universal)
El Club de las 13
Presidentas:
María Estela Martínez en Argentina (1974—1976)
Lidia Gueiler en Bolivia (1979—1980)
Ertha Pascal-Trouillot en Haití (1990—1991)
Violeta Barrios en Nicaragua (1990—1997)
Rosalía Arteaga en Ecuador (1997)
Janet Rosenberg Jagan en Guyana (1997—1999)
Mireya Moscoso en Panamá (1999—2004)
Michelle Bachelet en Chile (2006—2010/2014—2018)
Laura Chinchilla en Costa Rica (2010—2014)
Dilma Rousseff en Brasil (2011—2016)
Paula Mae—Weekes en Trinidad y Tobago (2018—en el cargo)
Jeanine Áñez en Bolivia (2019—2020)
Xiomara Castro Sarmiento en Honduras (2022—2026)