Joven hondureño se declara culpable en EE.UU. por posesión de material infantil ilegal
Un ciudadano hondureño de 22 años, Olvin Rodríguez Inestroza, enfrenta una dura sentencia en Estados Unidos tras aceptar ante una corte federal su culpabilidad por delitos relacionados con pornografía infantil.
Según las autoridades, Rodríguez reconoció haber almacenado y distribuido contenido explícito de menores a través de diversas plataformas digitales. Las investigaciones revelaron que tenía en su poder más de 200 videos y más de 300 fotografías con contenido ilegal en su teléfono móvil.
Graves implicaciones legales
El fiscal interino del distrito, Ellison Travis, confirmó que el joven utilizó múltiples cuentas en redes sociales y aplicaciones de mensajería para compartir el material. Este delito, clasificado como federal en EE.UU., conlleva una pena mínima de cinco años y hasta 20 años de prisión, además de multas que pueden superar los $250,000 dólares y el registro obligatorio como delincuente sexual, lo que afectará su vida posterior de forma permanente.
Al declararse culpable, Rodríguez evita ir a juicio, pero enfrentará el peso completo de la ley estadounidense.
Posible deportación tras cumplir la pena
Las autoridades migratorias indicaron que, tras purgar su condena, el joven podría ser deportado a Honduras, su país de origen. El caso ilustra las consecuencias legales y personales de involucrarse en actividades criminales a través de internet, especialmente en delitos que involucran a menores de edad.
Una realidad que afecta a miles
Aunque los nombres de las víctimas no se revelan por razones legales, los expertos subrayan que cada imagen representa a un niño cuya vida ha sido vulnerada. Las autoridades federales han intensificado los operativos para identificar y procesar a quienes difunden este tipo de contenido.
“No toleraremos el uso del internet para explotar a menores”, expresó el fiscal Travis. “Este tipo de crímenes tiene víctimas reales, y seguiremos trabajando para llevar a los responsables ante la justicia”.
El caso de Rodríguez Inestroza se suma a una serie de procesamientos similares en Estados Unidos, reflejando el esfuerzo de las autoridades por frenar este flagelo global.
