¿Cómo sé si he tenido Ómicron?


No hay ningún síntoma característico que permita distinguir entre las diferentes variantes del Covid. El dolor muscular, el cansancio, el dolor de garganta y la fiebre son compatibles tanto con Delta, la variante que circulaba desde la primavera pasada, como con Ómicron, la última versión del virus que hizo crecer como la espuma los contagios a partir de diciembre. Los principales síntomas de Ómicron son el dolor muscular, el cansancio, el dolor de garganta y la fiebre. Los mismos que con Delta y similares a Alfa o al virus original. También se ha dicho que con esta última versión del virus era menos frecuente perder el sentido del gusto y del olfato, una señal característica del Covid, pero lo cierto es que también puede suceder.

Al igual que las arritmias o taquicardias y el cansancio extremo. En realidad, todos los síntomas son muy similares y parecidos también a los que se experimentan con los procesos gripales y catarrales. Y en todos los casos también es posible infectarse pese a estar inmunizado, aunque las vacunas sí protegen de la enfermedad grave y reducen las posibilidades de acabar en el hospital.

Entonces, ¿cómo puedo saber realmente si lo que he pasado este invierno es Ómicron? La única forma de saberlo con exactitud es tener una prueba PCR con la secuenciación del genoma completo del virus. Esa posibilidad existe, pero con la explosión de casos masivos que ha provocado Ómicron en diciembre es imposible hacer una prueba similar a todos los infectados. La gran mayoría se ha hecho un test de antígenos de uso doméstico para comprobar su positivo o negativo. Solo los casos más graves han llegado al hospital y allí es solo donde se han podido hacer estudios más completos. El resto de ciudadanos se tiene que limitar a sospechar que ha tenido la variante por el momento del contagio. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, en estos momentos entre el 80 y el 98% de los casos de Covid están ocasionados por Ómicron, así que lo más probable es que si alguien se infecta será con esta forma del virus. Al comienzo del invierno era Delta la que más circulaba; Ómicron empezó a extenderse como la pólvora a mediados de diciembre.

La única prueba eficaz

La secuenciación del genoma del virus se ha reservado para algunos hospitales que funcionan como centinelas del Covid. Uno de ellos es el Hospital Gregorio Marañón, el primer centro de España que diagnosticó el primer caso de la variante Ómicron en España el pasado 29 de noviembre. Allí, el servicio de Microbiología ha puesto en marcha una estrategia más económica y de rápida identificación para casos sospechosos. Se busca la nueva variante en todas las pruebas de PCR que dan positivas, con independencia de su origen. Como sería muy costoso secuenciar el genoma completo del virus, el análisis definitivo para saber si estamos ante la variante que nos preocupa, se ha establecido un proceso que permite analizar solo las que más probabilidades tienen de dar positivo y descartar el resto. «Buscamos las que ‘huelen’ a Ómicron», contaba a ABC Darío García de Viedma, responsable de la Unidad Genómica Microbiana del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Para ello se estableció una estrategia de tres etapas en las que van haciendo análisis más sencillos en busca de pistas que hacen sospechar que es la nueva variante para ir descartando al resto.

El proceso también comienza con una prueba PCR. En las muestras que dan positivas se busca un fallo de amplificación en el gen S. Esta es la primera señal indicativa de Ómicron. «Hay otras variantes que tienen esta particularidad, pero es suficiente para darnos la alerta. Sobre esa misma muestra, hacemos un nuevo análisis para buscar otras cuatro mutaciones indicativas. Si la alerta sigue encendida, entonces es cuando decidimos secuenciar el genoma completo del virus». En el Gregorio Marañón se utiliza una tecnología de nanoporos que ofrece resultados más rápidos. «Hemos logrado que todo el proceso se complete en cinco horas desde que se toma la muestra originalde PCR», asegura García de Viedma.

Aunque ahora todo se complica un poco más con la aparición de una subvariante de Ómicron, la variante de BA.2. Se detecta peor en las PCR porque no presenta mutación en el gen S. De ahí que se haya apodado ‘Ómicron silenciosa’. (ABC.es)


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