** Exmilitares de EE. UU. rinden testimonio sobre naves no-humanas

Una oleada de objetos voladores no identificados (ovnis) se registra en diferentes países del mundo, incluyendo Estados Unidos y hasta Honduras, un fenómeno que supone un gran reto para la humanidad.

A la luz de los acontecimientos, estudiosos de la ufología señalan que la humanidad pareciera estar próxima a ser testigo de alguna revelación o acontecimiento trascendental relacionado con la temática.

Hay otras fuentes especializadas que, en contraposición a los escépticos, afirman tener contacto con seres de otras civilizaciones del cosmos y sostienen que los avistamientos de astronaves son el resultado de vuelos de exploración o misiones en la Tierra.

Según estos contactados, hay un monitoreo permanente sobre los sucesos terrestres, especialmente en materia política y militar, como después del lanzamiento de las bombas atómicas sobre Japón, en 1945, para el final de la II Guerra Mundial.

Pero también se trataría de un monitoreo y estudio sobre los aspectos relacionados a la naturaleza, como el cambio climático, erupciones volcánicas, terremotos, tsunamis, entre otros sucesos terrestres.

CONTACTADOS EN HONDURAS

Para el caso, diferentes relatos de avistamientos y contactos se han producido en Honduras, donde en la occidental zona maya de Copán, funciona para esta región el centro de luz de la misión Rahma, o “luz para la humanidad”, cuyo precursor es el contactado peruano Sixto Paz.

Autor de una serie de libros sobre la temática y conferencista internacional, Paz y hermanos se interesaron en los ovnis por su padre, Carlos Paz García, fundador en Lima, Perú, del Instituto Peruano de Relaciones Interplanetarias (IPRI) y su primer avistamiento de una nave fue en 1974, en el desierto de Chilca.

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Paz afirma haber sido llevado a Ganímedes o Morlen (una de las lunas de Júpiter) y al planeta Apu, de la constelación de Alfa Centauro, y con algunos de cuyos seres han interactuado también otros contactados como el boliviano Luis Fernando Mostajo y el peruano Ricardo González, quien incluso entre sus obras publicó el libro “Los extraterrestres del planeta Apu”.

Sixto Paz también ha convocado a la prensa internacional a avistamientos programados con antelación en más de diez ocasiones, sobre todo en el desierto de Chilca, cercano a Lima y que afirma es un vórtice magnético, igual que el cerro El Picacho y la zona de “La Tigra”, Distrito Central, son sitios especiales para el avistaje de naves.

Paz, González y Mostajo han visitado Tegucigalpa y otras ciudades y regiones de Honduras, como el centro de luz en Copán, y además de impartir conferencias han interactuado con los grupos de contacto hondureños y han confirmado que sobre la zona central hay una intensa actividad ovni.

AVISTAMIENTOS

Entre otras experiencias, muy posiblemente por eso recién el 5 de junio pasado, alrededor de las 11:30 de la mañana, habitantes de la colonia Divanna, de Comayagüela, avistaron cuatro objetos extraños que sobrevolaban y captaron el momento en videos de teléfonos móviles.

Relatos de algunos testigos del extraño suceso afirmaron que los ovnis pudieron salir de rumbo de una pequeña quebrada que atraviesa esa colonia de la capital hondureña y se elevaron al cielo, emitiendo una luz blanca brillante.

Los objetos se alinearon y rápidamente cobraron una gran altura hasta desaparecer en el cielo. Uno de los testigos exclamó que «lo primero que hicimos fue sacar los teléfonos para grabar, lo grabamos todos, aunque teníamos mucha curiosidad y temor«.

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Pocos días después, el 13 de junio, algunas personas grabaron en vídeo otro ovni sobrevolando sobre áreas de Tegucigalpa, especialmente el cerro El Picacho.

La apariencia del objeto era metálica brillante y su forma semiesférica con una especie de anillo alrededor y eso causó que las personas que lo vieron lo llamaran «platillo volador», entre su lógico asombro, ya que era el segundo avistamiento de ovnis en dos semanas.

Ovni captado sobre la zona del cerro El Picacho, en la ciudad de Tegucigalpa, en junio pasado.

EN ESTADOS UNIDOS

De forma coincidente, en los últimos tiempos, los avistajes se han suscitado cuando Estados Unidos ha derribado extraños objetos y exmilitares rinden impactantes testimonios ante el Congreso de la Unión Americana.

Resultan inquietantes las informaciones oficiales sobre lo ocurrido en cielos de Norteamérica, entre finales de enero y la primera quincena de febrero de este año, sobre todo cuando oficialmente se ha negado la casuística ovni.

Este 2023, entre el 4 y el 12 de febrero, aviones de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, por orden del presidente Joe Biden, derribaron cuatro objetos no identificados que volaban sobre los cielos de América del Norte.

El primer objeto de gran altitud fue avistado el 28 de enero, cuando sobrevolaba las islas Aleutianas de Alaska, en el océano Pacífico, entre Estados Unidos y Rusia, y lo monitorearon sobre Canadá antes de aparecer sobre Montana, sede de un campo de misiles nucleares en EE. UU.

Luego de ser derribado por un avión F-22 frente a las costas de Carolina del Sur, las autoridades han sostenido que el objeto era un globo espía chino, pues tenía más de 60 metros de altura y estaba equipado con tecnología para interceptar telecomunicaciones, según lo informado por diferentes medios.

China rechazó que el globo fuera usado para espiar, sino que era un dispositivo de monitoreo del clima que se desvió y su destrucción «violó gravemente la práctica internacional».

Aviones de Estados Unidos derribaron cuatro objetos desconocidos en febrero pasado, incluyendo un globo chino.

Elementos de la Marina de Estados Unidos recuperan restos del globo chino derribado el 4 de febrero de 2023.

OBJETOS DESCONOCIDOS

La alarma escalaría la atención mundial cuando aviones de Estados Unidos también derribaron otros tres objetos, el 10, 11 y 12 de febrero, respectivamente, al norte de Alaska el segundo, el tercero sobre territorio canadiense de Yukón y el cuarto sobre el lago Hurón, entre Canadá y EE. UU.

Los funcionarios de Defensa describieron este último artilugio como una estructura octogonal con hilos colgando y fue destruido «por precaución», al representar un peligro para la aviación civil por la altura a la que volaba.

El secretario de prensa del Departamento de Defensa, contralmirante retirado John Francis Kirby, también estimaría que el primer globo probablemente se usó para monitorear sitios militares sensibles, pero de los otros tres se desconocía su origen.

Al respecto, el jefe del Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica y Estados Unidos, general Glen VanHerck, declaró a medios que no podía explicar qué eran los tres últimos objetos, cómo volaban o de dónde provenían y tampoco se podía descastar la posibilidad de actividad extraterrestre.

UFOLOGÍA MODERNA

Aunque la humanidad tiene reportes y evidencias de actividad ovni y contacto extraterrestre desde la antigüedad, la ufología moderna surgió en 1947, después del fin de la II Guerra Mundial, con los casos del piloto aéreo Kenneth Arnold y la localidad de Roswell, Nuevo México, Estados Unidos.

La historia registra que el 24 de junio de 1947, el piloto Kenneth Arnold afirmó haber avistado nueve ovnis en cadena cerca del Monte Rainier, Washington, mientras se encontraba buscando una aeronave militar extraviada a bordo de una avioneta CallAir A-2.

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De regreso a Boise, su lugar de residencia, Arnold aterrizó en Yakima, Washington, y luego de hacer un reporte rutinario al representante de la Administración de Aeronáutica Civil, se detuvo en Pendleton, Oregón, donde contó los hechos a varias personas, entre ellas el reportero de un periódico.

Arnold afirmó haber dicho al reportero que los objetos «volaban erráticamente, como un plato lanzado al agua», y así fue como nació el término «platillo volador».

Su relato fue corroborado por el avistamiento de un fenómeno similar unos días después por la tripulación de un avión de “United Airlines” y la historia de Arnold fue ampliamente divulgada por agencias de noticias, entre ellas AP y es cuando se popularizó la expresión “flying saucers” o “platillos voladores”.

“CASO ROSWELL”

Unos días después, el 10 de julio de 1947 se registra el “Caso Roswell”, cuando el ranchero Mac Brazel reporta el hallazgo de una nave estrellada y cuerpos alienígenas (supuestamente de zeta reticulianos) cerca de Corona, Nuevo México y que la Fuerza Aérea corrobora, aunque al día siguiente cambió la versión que se trató de un experimento con globos aerostáticos.

Se indicó que el coronel William Blanchard informó a la prensa de un platillo volador, pero a las pocas horas, cuando ya la noticia había sorprendido al mundo, un comunicado desde la comandancia de Fort Worth, desvirtuaba la información, exhibiendo otros restos, al tiempo de identificarlos como de un globo metereológico.

Al final, décadas después un oficial de inteligencia que fue subalterno de Blanchard, identificado como Jesse Marcel, revelaría la verdad, incluyendo que fueron encontrados más restos de la nave y su tripulación y los cuerpos llevados al Hospital Militar de Roswell, luego por avión a la Base de Forth
Worth y después a Dayton, Ohio, para exámenes y autopsias.

El 10 de julio de 1947 se reportó el hallazgo de una nave estrellada y cuerpos alienígenas cerca de Corona, Roswell, Nuevo México.

TESTIGOS EN CONGRESO

Imagen fija de un vídeo difundido por el Departamento de Defensa de Estados Unidos que muestra un ovni avistado por pilotos de la Marina estadounidense.

Los exmilitares David Grusch, Ryan Graves y David Fravor, declararon bajo juramento ante una subcomisión del Congreso de EE. UU.

Hoy día, 76 años después de los sucesos de Kenneth Arnold y el “Caso Roswell”, se sabe que el Pentágono ha desclasificado algún tipo de información, incluyendo videos y reportes de objetos que denominan Fenómenos Anómalos No Identificados (FANI).

A la par de la proliferación de cientos de avistamientos y el derribo de objetos desconocidos por la Fuerza Aérea, el miércoles 26 de julio pasado tres exmilitares atestiguaron ante un subcomité de la Cámara de Representantes (Congreso) de Estados Unidos, que su país ha ocultado durante décadas un programa que recupera y hace ingeniería inversa a aeronaves de origen no-humano.

Los testigos David Grusch, Ryan Graves y David Fravor, declararon bajo juramento ante la subcomisión de Seguridad Nacional, Frontera y Asuntos Exteriores del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes que Estados Unidos está en posesión de aeronaves de origen extraterrestre, igual que ha recuperado y posee restos biológicos de entes no-humanos.

Grusch, Graves y Fravor dijeron que podían ofrecer más detalles a los congresistas en un foro privado/confidencial, mientras uno de los legisladores afirmaba haber visto evidencia fotográfica oficial de un ovni.

Los legisladores prefieren llamar a los ovnis como “fenómenos aéreos sin identificar” (UAP).

Ante la situación planteada, el vocero de Defensa, John Kirby, repuso a medios que «no tenemos las respuestas sobre qué son estos fenómenos».

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