VIDEO: Conozca cómo era la medicina en la Edad Media


La medicina durante la Edad Media tenía métodos para tratar toda clase de dolencias, desde un dolor de cabeza hasta una herida de guerra, pero sus métodos eran muy distintos a los conocidos en la actualidad.

La medicina es un área de profesión muy necesaria para la humanidad y desde tiempos prehispánicos se han conocido diferentes métodos, muchas veces naturales, para contrarrestar un mal o una enfermedad.

Durante la Edad Media, que va del año 476 al 1492 D.C, la humanidad estuvo expuesta permanentemente a muchas dolencias de diferentes tipos y algunas de ellas se derivaban de la alimentación, la falta de higiene o la guerra.

La medicina en aquella época se confundía muy a menudo con la magia, la religión y la creencia en los milagros. «Se creía que un monarca, con el simple acto de tocar con sus manos, curaba toda clase de males, incluida la parálisis», según revela la historiadora Pilar Cabanes.

Esta misma dinámica se depositaba en las reliquias de los santos, por ejemplo, de acuerdo con datos de la historiadora, se creía que las estampas de San Valentino curaban la epilepsia; las de San Cristóbal, las enfermedades de la garganta; las de San Ovidio, la sordera y las de San Apolonio, el dolor de muelas.

Cura de un soldado herido en el Romance de Troya, autor italiano, siglo XIV. Biblioteca Nacional Marciana, Venecia. Foto: Bridgeman Images

¿Cómo eran los médicos en la Edad Media?

Los médicos en esa época asistían a universidades para poder brindar un diagnóstico de las enfermedades que presentaban las personas. Se basaban en los conocimientos médicos acumulados desde la Antigüedad, en especial los relativos a la llamada teoría de los humores, según la cual la enfermedad era resultado del desequilibrio entre las cuatro cualidades del cuerpo: el calor, el frío, la humedad y la sequedad.

La aplicación de ungüentos o pomadas, ingesta de purgantes y jarabes eran recetas que brindaban los médicos para el dolor de cabeza, los cuales podían tener de hasta 12 variantes. De acuerdo con Cabanes, estas variantes podían tener una causa diferente, como el exceso de calor, de humedad o de viento fuerte, aunque también podían deberse a algún tipo de daño en el cerebro.

Por su parte, Bernardo de Gordonio, un docente de Medicina en la Escuela de Montpellier de 1282 a 1318 D.C, y el autor de varios escritos médicos de la época, reveló en un manual cuál era el remedio que recetaba para las jaquecas provocadas por exceso de calor: medicinas alterantes frías y sus semejantes. Aconsejaba untar en la cabeza del enfermo «aceite de aceitunas no maduras, sin sal y en el mismo pueden hervir las siguientes cosas: cogollos de sauce, de vid blanca, de calabaza, de lechuga, de rosas, de granadas agrias y semejantes».

Un médico examina la orina de un paciente para saber qué enfermedad padece. Miniatura de Justiniani in Fortiatum, siglo XIV, Francia. Biblioteca del Monasterio de el Escorial, Madrid. Foto: Bridgeman Images

¿Cuáles eran las enfermedades más comunes en la Edad Media?

Además de los dolores de cabeza, existían otras «enfermedades» que se reportaban entre los pobladores, como el dolor en los ojos o enfermedades de la piel.

Para el primer caso, la frecuencia de presentar este malestar se debía a que existía poca higiene en el entorno de la humanidad, pues, según registros de Cabanes publicados en un artículo de National Geographic, las calles se encontraban sucias, llenas de moscas, ratas, excremento de animales; eso sumado al polvo que levantaba el paso continuo de las caballerías y la falta de higiene personal abonaban a una conjuntivitis habitual.

Ante esto, Bernardo de Gordino apuntaba en su diagnóstico que la posible cura ante esta enfermedad era «poner al enfermo en un lugar oscuro que no tenga humo, polvo ni otra cosa externa que pueda dañarle».

Además, aconsejaba que el paciente «no duerma de día, tenga la cabeza alta, no tenga nada que le apriete al cuello, huya del coito y de toda preocupación, y esté en sosiego y holganza. Toda la dieta sea suave: gallinas, perdices, aves de campo y otros alimentos templados. Lávese muchas veces los ojos con agua caliente en la que haya manzanilla, corona de rey, ajenjos y anís».

Un médico examina a un enfermo que guarda reposo en cama. Compilación de las obras de Galeno realizada en el siglo XIII, Biblioteca Municial de Reims, Francia. Foto: Bridgeman Images

En la actualidad, las personas suelen utilizar lágrimas artificiales, pasar un paño en los ojos o bien, un colirio. Esta última alternativa también era utilizada en la Edad Media, sin embargo, la preparación de este medicamento era más natural, pues estaba compuesto de dos escrúpulos (2.4 gramos) de cobre quemado, aljófar, coral, espicanardo y almizcle, de cada uno un escrúpulo; medio de sangre de drago, todo disuelto en agua rosada, según escritos de Gordino.

En cuanto a las enfermedades en la piel durante el Medievo, la sarna, la micosis y las tiñas eran las más comunes, así como los piojos y ladillas. Para erradicar a estos animales, los médicos acudían a ungüento que se tenía que poner en la cabeza, «a base de azogue rebajado con litargirio, vinagre y aceite».

En la edad media los signos del zodíaco y su relación con las enfermedades eran un elemento fundamental de la medicina. Tractatus de Pestilencia, siglo XV, Biblioteca Nacional Universitaria, Praga. Foto: Bridgeman Images

Ya practicaban la anestesia

Las anestesias que utilizaban los médicos eran a base de hierbas naturales, como jugo de moras, opio, beleño, euforbio, mandrágora, hiedra y semillas de lechuga.

Para la aplicación de la anestesia tomaban una esponja, la humedecían en agua caliente para luego remojarla con la anestesia se la colocaban a la nariz del paciente hasta que se dormía. Según revela National Geographic, esta técnica la utilizaron Hugo de Lucca y su hijo Teodorico, cirujanos italianos del siglo XIII.

Este letrago se aplicaba en caso de tener que curar una herida grave de guerra como casos de desgarramiento del pulmón o un intestino seccionado.(laprensagrafica.com)

Trepanación y extracción de cataratas en el Libro de la Cirurgía de Rogier de Salerno, Museo Atger, Facultad de medicina de Montpellier. Foto: Bridgeman Images

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