El pastor estadounidense Mike Todd ha recibido numerosas críticas por su forma de predicar, ya que, durante un sermón que dio en la Iglesia de la Transformación, escupió en numerosas ocasiones sobre su mano para, posteriormente, restregarla sobre la cara de un feligrés.

«Recibir una visión de Dios puede ponerse desagradable», estaba explicando el predicador en un vídeo en el que se le veía acumular saliva en la palma de su mano mientras hablaba. Para finalizar el discurso, cogió parte del líquido y lo puso en la cara del hombre que le acompañaba en el escenario, que resultó ser su hermano pequeño.

La reacción del público fue de un claro rechazo, con murmullos y gestos de asco. «Lo que les digo es que la manera en que acaban de reaccionar es como reaccionará la gente en sus vidas cuando Dios haga lo necesario para el milagro», afirmó como colofón del sermón.

Sin embargo, cuando el vídeo se hizo público, las redes comenzaron a criticarlo. «Cuando los pastores recurren a payasadas en vez de la palabra,» o «Ahora entiendo por qué los mayores a menudo solían decirnos que estamos en los últimos días», fueron algunos de los comentarios que recibió.

Además, algunas personas cuestionaban si este gesto era apropiado sobre todo en la situación sanitaria actual del covid-19: «¿Qué harán los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades con Michael Todd?».

Finalmente, el pastor emitió un mensaje de disculpa, reconociendo que, al volver a ver lo que hizo, le resultaba «asqueroso y repugnante» y lamentándose de que ese gesto fuera «una distracción» de lo que quería decir. (20 Minutos)