La masacre de Texas, disponible desde hoy en Netflix, es la secuela directa de la primera película de la franquicia creada por Tobe Hooper y estrenada en 1974, que narra cómo cuatro adolescentes son descuartizados por un monstruoso asesino, caníbal y desollador, siendo Sally Hardesty la única sobreviviente de ese episodio brutal en la historia del estado sureño.

Ahora, 48 años después, ella se entera de la reaparición de esta bestia, victimaria de un grupo de gentrificadores que busca revivir el árido pueblo de Harlow, y va en su caza para vengar a sus amigos y hermanos asesinados años atrás. El continuador de esta tenebrosa mitología y franquicia es el cineasta local David Blue García, quien charló con Excélsior al respecto del regreso de Leatherface.

Se le cuestionó por qué, como David Gordon Green hizo con Halloween, hay una intención de rescatar los grandes clásicos de terror desde la raíz, y si ésta es una tendencia o fórmula para redimir a los asesinos y monstruos clásicos del celuloide.

Creo que los remakes no se escriben respetando las historias originales y actualizan una historia que puede no ser aceptada por las personas que guardan en su memoria personajes sorprendentes, historias increíbles, y especialmente, la gente joven no suele ver filmes viejos por el estilo, porque las considera ridículas o cualquier situación.

Revivir los clásicos para gente nueva es una oportunidad de continuar la tradición. Como humanos contamos las mismas historias una y otra vez durante miles de años, pero me complace ser parte de continuar la mitología y el terror de alguien como Leatherface”, opinó, vía Zoom.

Ahora, uno de los elementos que le dan continuidad cronológica a esta secuela es Sally, la sobreviviente. Su presencia dio pie a especular que estaban emulando la eterna venganza entre Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) y Michael Myers, en Halloween.

Y muchos lo asumieron por el avance que presentamos, pero es un recurso presentado por los escritores para crear tensión. La forma en que nosotros usamos a Sally es diferente, ella está lidiando con un trauma de ser la única sobreviviente; su pasado la trauma y tiene la idea de necesitar tomar algo de Leatherface.

Quiere cerrar el ciclo y lo caza, sin tener alguna expectativa. Lo sensacional es tener un referente de la saga original para ceder la tortuosa estafeta a la siguiente generación”, justificó.

Y las nuevas caras de La masacre en Texas, las nuevas scream queens de la franquicia, Sarah Yarkin y Elsie Fisher, representan esa continuación de esta pesadilla interminable en Harlow. Y, al respecto, le cuestionamos a Blue García qué clase de criatura es Leatherface. ¿Es inmortal?, ¿sobrevivió 48 años con la misma vitalidad?, ¿tiene sucesores en la misma familia?

Él es un enigma. No puedo asumirme como un experto en Leatherface, sino que siento que él me trajo a su mundo y yo lo complementé con algunas ideas, pero no lo tomaría como un personaje canon. Sin embargo, tomó su camino después de los eventos de 1973 y encontró hogar en un orfanato del pueblo y el cobijo de una mujer que lo cuidó.

Si es alguien que se crio en un orfanato donde vivió experiencias traumáticas que lo llevaron a cometer atrocidades o si ha estado en otras películas, eso depende del espectador. Lo cierto es que él se escondió por años y ha vuelto a salir. En 1973, él era adolescente y sigue siendo un gigante fuerte, ágil y veloz”, explicó.

Este estereotipo le hace sentido al director por ser la representación física de un granjero promedio en Texas.

La violencia de La masacre en Texas es su corte definitivo, ni más ni menos, tampoco tuvo ninguna restricción de la plataforma y creó una digna cinta de gore, especialmente con una masacre al interior de un autobús que disfrutó filmar destazando cuerpos humanos con una motosierra.

Spoiler alert: todo el derroche de sangre, órganos, miembros y heces fecales son creaciones fílmicas, nada provino de animales o seres vivos, pues él es un defensor de los derechos y el bienestar de los animales.

Fue una secuencia intensa, tan violenta que tuve que agregar un par de bromas para humanizar a las víctimas previo a su masacre. Por eso utilicé el recurso de los celulares transmitiendo en vivo y la línea de ‘intenta hacernos algo y te cancelamos’, dicha por uno de nuestros productores, que por cierto ahora se arrepiente de asumir el rol.

Tomé cuatro días para planear las ejecuciones y desmembramientos, hacerlas dinámicas e ingeniar por dónde iban a expulsar los chorros de sangre. Esa escena la bauticé como ‘caos de sangre’, porque dos chicos usaron cañones y tanques para simular la sangre saliendo de extremidades cortadas por la sierra eléctrica”, explicó el texano.

La secuela depende de la recepción en streaming de esta nueva película de Leatherface

Fuente: Excelsior