La directora del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), Gabriela Castellanos, señaló en una entrevista con EFE que la concentración de poder y la falta de independencia judicial son los principales obstáculos en la lucha contra la corrupción en Honduras. Esta lacra, que le roba millones de dólares a los hondureños cada año, se ve facilitada por un Estado debilitado y una institucionalidad que no funciona correctamente.

En Honduras, la impunidad es generalizada y la falta de independencia del Poder Judicial es evidente, lo que se refleja en las negociaciones del Poder Legislativo, donde muchos diputados negocian impunidad. Los políticos colocan en altos cargos a personas afines a su partido, lo que debilita aún más la institucionalidad del país.

Castellanos enfatizó que la corrupción no es solo un desafío para Honduras, sino un problema arraigado en toda Latinoamérica. La falta de separación de poderes conduce a la falta de justicia en el país.

La lucha contra la corrupción ha permanecido estancada en Honduras en 2023, según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), con una calificación de 23 puntos sobre 100, la misma que el año anterior. Para Castellanos, es esencial combatir la corrupción en Honduras, ya que durante años los políticos han prometido luchar contra este flagelo, pero solo se han quedado en discursos.

Organizaciones de la sociedad civil han asumido la lucha contra la corrupción en la última década, pero se necesitan acciones más contundentes por parte de las autoridades. La llegada de una comisión internacional de lucha contra la corrupción, con el apoyo de la ONU, es una promesa de campaña de la presidenta Xiomara Castro, pero su implementación aún está en duda.

Castellanos instó al pueblo hondureño a alzar la voz y ser beligerante contra la corrupción, que trae consigo más pobreza, miseria y cooptación del poder. La corrupción en Honduras es profunda y visible, y afecta gravemente a la población.

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