Helene, que la noche del jueves tocó tierra como un poderoso huracán de categoría 4 en la costa noroeste de Florida, ha dejado hasta el momento un saldo trágico de 41 muertes, un número que podría aumentar a medida que avanzan las operaciones de rescate.

Las víctimas incluyen siete personas en Florida, 15 en Georgia, y 17 en Carolina del Sur, de las cuales dos eran bomberos, según informó el gobernador de este estado, Henry McMaster.

Además, en Carolina del Norte se han reportado dos fallecimientos, entre ellos el de una niña de cuatro años.

Hacia la tarde del viernes, más de 4,6 millones de personas estaban sin electricidad en varios estados, mientras miles de operarios trabajaban para limpiar escombros y restablecer el suministro eléctrico.

Casi mil vuelos fueron cancelados en EE.UU., afectando principalmente a los aeropuertos de Charlotte, Atlanta y Tampa.

Las primeras luces del alba revelaron un panorama devastador en localidades como Cedar Key y Perry, con calles inundadas y daños significativos en edificios.

Helene, ahora debilitada a un ciclón postropical, aún produce inundaciones y emergencias, como el rescate de 54 personas en un hospital de Tennessee.

La FEMA ha desplegado hasta 1,500 socorristas en las áreas afectadas, mientras que las autoridades locales han implementado toques de queda en algunas regiones para facilitar las labores de emergencia. La Casa Blanca ha estado en contacto constante con los equipos de respuesta, y el presidente Biden está monitoreando la situación de cerca.