El presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, anunció su intención de deportar a los migrantes que ingresen al país a través de la selva del Darién, fronteriza con Colombia, en su camino hacia Estados Unidos.

Esto se debe al aumento significativo de migrantes, principalmente venezolanos, que han cruzado esta región en los últimos años, generando presión sobre los recursos del gobierno panameño. Mulino enfatizó que este proceso de repatriación se realizará respetando los derechos humanos de los migrantes.

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La migración a través del Darién se ha convertido en un tema relevante, tanto a nivel local como internacional, especialmente en el contexto de la campaña electoral estadounidense.

Estados Unidos anunció una ayuda de 578 millones de dólares para América Latina, así como sanciones para quienes faciliten la migración irregular.

En cuanto al Canal de Panamá, Mulino se comprometió a abordar el problema de la sequía que afecta el suministro de agua dulce a la vía interoceánica.

Esta sequía ha llevado a una reducción en el número de tránsitos de buques, afectando los ingresos del país. El presidente electo expresó su voluntad de trabajar en conjunto con la Autoridad del Canal de Panamá para garantizar un suministro adecuado de agua y mantener la eficiencia del canal.

Mulino también mencionó la posibilidad de establecer un Tratado de Libre Comercio entre Panamá y el Mercosur, el bloque económico conformado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.

Esto podría proporcionar beneficios económicos significativos para Panamá.

Por último, Mulino destacó su postura «ultraderechista» y afirmó que no promoverá reformas constitucionales para buscar la reelección, citando al expresidente chileno Ricardo Lagos.

Se comprometió a gobernar con eficiencia y a respetar los límites del poder presidencial.