Pueblos abandonados en frontera entre Perú y Bolivia hacen resurgir Ruta Inka
La RUTA INKA se hizo conocida en tierras centroamericanas en el año 2010, cuando su expedición denominada “Al encuentro de los Mayas”, recorrió toda América Latina desde Bolivia hasta Guatemala. Un primer grupo con 120 integrantes había partido el 21/06/2010 en Tiahuanaco (Bolivia), quienes avanzaron hasta la frontera de Colombia con Panamá.
Un segundo grupo de otros 120 integrantes, agarró la posta en una reserva indígena de los Emberás en Panamá y continúo la travesía hasta Guatemala, donde clausuraron su andadura, concretamente en Tikal, muy cerca de la frontera con México.
Era un grupo diverso que venía bajo la conducción de su director, el peruano Rubén La Torre, pero los estudiantes de casi una treintena de países de América, Europa, Asia y Oceanía, estaban acompañados también por catedráticos de las universidades españolas de Sevilla y Extremadura.
Cuando les tocó atravesar nuestro país, el dengue arreciaba y los aventureros se encaminaron directamente a las instalaciones de La Tribuna, donde fueron recibidos por el entonces ministro de Cultura, Bernard Martínez, quien les dio la bienvenida e incorporó en la expedición a dos de sus funcionarios para que los acompañen en tierras hondureñas.
Luego de la culminación de esta expedición, La Torre creó la RUTA MAYA y su primera expedición fue en el año 2011 denominada “En busca de Chichén Itzá y otras Maravillas”, la que también visitó nuestro país ingresando por Ocotepeque, porque esta vez venían procedentes de El Salvador, para luego de escudriñar los tesoros mayas hondureños, se adentraron en Guatemala por la frontera El Florido.
También culminó exitosamente en Chichén Itzá, su principal destino en Yucatán, México.
Luego no se supo más en Honduras ni de Ruta Inka ni de Ruta Maya. Hasta el 2019, año en el que reapareció Rubén La Torre Valenzuela, el soñador quijotesco que conduce este tipo de expediciones desde el año 2000.
Esta vez la “Ruta Maya 2019 – En el Año Internacional de las Lenguas Indígenas”, venía procedente de Guatemala, ingresando por el punto fronterizo de El Florido, ingresando directamente a nuestra joya arqueológica emblemática: Copán.
Esta nueva expedición también culminó exitosamente en la ciudad yucateca de Mérida, México y hasta se publicó un libro recordatorio denominado “Tiempo de Ausentes – Crónicas de la Ruta Maya”, del escritor hispano ecuatoriano Óscar Jara-Albán, que fue uno de los expedicionarios.
La Torre los estuvo distribuyendo a las autoridades colaboradoras y un ejemplar llegó a nuestra redacción, con interesantes relatos de esta aventura.
En el colofón de este libro se resaltaba que la Ruta Inka 2019, era una expedición preparatoria de una travesía latinoamericana que buscaba ser incorporada al programa de celebraciones por el bicentenario de la independencia de México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Perú.
Efectivamente, la “Ruta Maya 2021 – En busca de nuestros orígenes”, se anunció desde la Cámara de Diputados de México, luego de recibir el respaldo de su primer mandatario Andrés Manuel López Obrador. Pero al poco tiempo sobrevino la pandemia Covid-19 y esta travesía que debía recorrer toda América Latina desde México hasta Bolivia, se vino abajo.
Debido al entusiasmo que despertó, se hizo un esfuerzo adicional por relanzarla como la Ruta Maya 2023, debido a que nuestro Congreso Nacional aprobó la RUTA MAYA como programa de Interés Nacional, con el voto unánime de todos los diputados.
Finalmente, dicha ley nunca se publicó en el Diario Oficial La Gaceta, por lo que nuestro Canciller no cursó instrucciones a las embajadas para que coadyuven los esfuerzos en la coordinación de esta expedición latinoamericana, así como tampoco nuestra ministra de turismo que ese año 2023 tenía la presidencia de la organización Mundo Maya, comunicó el auspicio hondureño a las autoridades correspondientes de México, Guatemala ni El Salvador. Con todo ello, la ilusión de los organizadores se esfumó y se vieron en la necesidad de dar por terminadas sus gestiones.
Ahora, cuando todo parecía indicar que estas expediciones eran cosa del pasado, resulta que la RUTA INKA resurge bajo el impulso de pequeños pueblos abandonados en la frontera peruano boliviana.
Se trata de Puerto Tapoje, Villa Pajana, San Agustín, Poccona entre otros, que forman parte de un grupo de centros poblados que pertenecían a Bolivia, pero que, en cumplimiento de un tratado bilateral suscrito entre Bolivia y Perú en el año 1932, fueron objeto de canje para pasar a la soberanía del Perú, a cambio de otros pueblos por entonces peruanos, que, a su vez, pasaron a ser parte de Bolivia.
Precisamente las autoridades de estos pueblos, recibieron a mediados del mes de octubre del presente año, la visita de Rubén La Torre, fundador de la Ruta Inka, quien les hizo entrega de varios ejemplares del libro “Caminos de Viento”, del mismo escritor Óscar Jara, que es una especie de bitácora de viajes, con crónicas que describen las anécdotas y hallazgos más relevantes de la última expedición Ruta Inka del 2016 que ingresó al Perú procedente de Bolivia visitando estos parajes.
Al examinar el libro, los alcaldes expresaron su satisfacción al ver reflejados en sus páginas, los hermosos paisajes de sus pueblos, pero también notaron que el autor del libro deja entrever el descontento de estas autoridades, por las consecuencias del mencionado tratado bilateral, respecto del cual aseguran que los centros poblados que pasaron a la jurisdicción boliviana, fueron promovidos para su desarrollo, mientras que los que pasaron a la soberanía peruana fueron abandonados a su suerte.
Son estas mismas autoridades las que están impulsando el resurgimiento de la Ruta Inka. Luego de otorgarle su respaldo incondicional, emprendieron intensas gestiones con sorprendentes resultados.
El pasado 21 de octubre, en un acto solemne convocado por el Gobierno Regional de Puno, se anunció la realización de la “Ruta Inka 2026 – En busca de la sabiduría del Tahuantinsuyo”, la décimo quinta expedición que esta vez convoca a 360 participantes entre voluntarios de las Naciones Unidas, escritores, periodistas, documentalistas, artistas, profesores de sabiduría ancestral y estudiantes de excelencia de todo el mundo, quienes iniciarán su periplo a las orillas del Titicaca: El lago sagrado de los Incas.
Este anunció tuvo una notable repercusión en regiones tan importantes como Arequipa, Cusco, Apurímac, Ayacucho, Huánuco y Pasco cuyas autoridades han expresado una inmejorable disposición de ser protagonistas del resurgimiento de la Ruta Inka.
Lo seguro en este momento es que se iniciará en Puno el 21 de septiembre del 2026 y cuarenta días después los aventureros se darán el último abrazo de despedida en el Cusco, el epicentro de la cultura inca, antes de retornar a sus países con recuerdos para la vida y una sola misión: Difundir por el mundo los increíbles hallazgos, los saberes ancestrales y la grandeza de los incas, fungiendo como Embajadores Honorarios del Qhapaq Ñan (red vial inca), reconocida por la Unesco como patrimonio de la humanidad.
Los nuevos asociados de la Ruta Inka están empoderados con su misión de convertir el Qhapaq Ñan en el principal camino para la peregrinación de todos los ciudadanos deseosos de tener un gran viaje al interior de ellos mismos, para reencontrarse con la vida, la naturaleza en estado puro e impregnarse de una nueva cosmovisión y la sabiduría de los legendarios incas.
“Si el Camino de Santiago de Compostela recibe millones de caminantes y peregrinos de todo el mundo enriqueciendo a sus anfitriones, no hay razón para que el Qhapaq Ñan siga ignorada por la humanidad”, sentenciaron los visionarios burgomaestres.
Para alcanzar los objetivos trazados, también han emplazado a todos los partidos políticos, para que incorporen en sus planes de gobierno, la promoción mundial del Qhapaq Ñan con el protagonismo de nuestros mismos pueblos, para que se actúe con honestidad, veracidad y laboriosidad, de conformidad con el código de ética de los incas “Ama Sua, Ama Llulla, Ama Quella”s (no seas ladrón, no seas mentiroso, no seas ocioso).
Ya cuentan con diversas reacciones auspiciosas de diversos institutos políticos, sin embargo, la más comprometida parece ser la recibida de la Alianza Nacional de Trabajadores, Agricultores, Universitarios, Reservistas y Obreros, suscrita por su representante legal Rubén Ramos.
“Es nuestra política la reivindicación del gran Tahuantinsuyo, por lo que nos sumamos a vuestra lucha… En caso de que nuestros pueblos nos depositen su confianza, en nuestro gobierno la RUTA INKA emergerá victoriosa como la mejor Embajada del Perú ante el Mundo…” expresa uno de los párrafos de la comunicación de este partido que, según sondeos muy confiables, está en primer lugar de las preferencias del electorado. Finaliza la misiva anunciando que para que este ofrecimiento surta los efectos oportunos, el próximo 9 de diciembre, como parte de las celebraciones por el bicentenario de la Batalla de Ayacucho (que selló la independencia del Perú), suscribirán un convenio que garantice el cumplimiento de estos compromisos.