Cuba busca revitalizar industria azucarera


LA HABANA, 6 feb (Xinhua) — El cubano de 61 años, Miguel Pérez, ha laborado por más de tres décadas como operario de una máquina para el corte de caña de azúcar en las áreas circundantes a la empresa agroindustrial azucarera «30 de Noviembre», ubicada a unos 100 kilómetros de La Habana, en la occidental provincia de Artemisa.

Pérez es uno de los miles de trabajadores que participa en la actual zafra azucarera de la nación caribeña, temporada que está previsto concluya en abril próximo.

Vestido con gorra y camisa color verde olivo de mangas largas para protegerse del sol, así como el rostro cubierto de polvo y sudor, el trabajador comentó que si el país logra incrementar notablemente su producción de azúcar, la situación económica de Cuba podría mejorar.

«Ojalá volviéramos a producir azúcar como se hacía antes, ese siempre fue uno de nuestros principales productos para la exportación. Con mayor producción de azúcar tendremos más riqueza para compartirla entre todos», comentó a Xinhua, minutos después de descender de una combinada de fabricación ruso-cubana del año 1987.

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Divididos en dos turnos de trabajo durante las 24 horas del día, Pérez y sus compañeros de labores redoblan esfuerzos para que la caña llegue en el menor tiempo posible hasta los basculadores del ingenio azucarero, ya sea a través de camiones o por tren.

Otra de las personas que compartió su experiencia fue Félix Domínguez, quien a la edad de 59 años funge como presidente de una unidad básica de producción cooperativa encargada del ciclo completo de la producción de caña de azúcar, en el municipio artemiseño de San Cristóbal donde está enclavada.

«Con las ganancias dejadas por el azúcar, en este país hicimos escuelas, hospitales e incluso hoteles», contó a Xinhua antes de tomar un descanso para el horario de almuerzo.

Domínguez agregó que la pandemia del nuevo coronavirus ha demostrado que este sector es «fundamental», ya que cuando los turistas no puedan venir «aún podremos producir azúcar».

El ingenio azucarero «30 de Noviembre», con capacidad para moler unas 7.000 toneladas de caña diariamente y ubicado entre los cinco más grandes de Cuba, es uno de los ocho construidos en la nación insular tras el triunfo de la Revolución socialista en enero de 1959.

Cuba pasó de contar con 156 centros azucareros a finales de 2002 a unos 56 activos en la actualidad, tras el proceso de reordenamiento de la agroindustria azucarera cubana conocido como «Tarea Álvaro Reynoso».

Actualmente, 35 ingenios intervienen en la zafra azucarera en Cuba y uno más pudiera iniciar operaciones en los próximos días, de acuerdo con las proyecciones de fuentes gubernamentales.

La mayor producción de azúcar en el país en los últimos años se ha concentrado en las provincias de Villa Clara, Las Tunas, Camagüey y Holguín.

Cuba llegó a un récord histórico de producción en 1970 con 8,6 millones de toneladas de azúcar y mantuvo niveles productivos por encima de los ocho millones durante la década de los años 80 del siglo pasado.

De acuerdo con los estimados de las autoridades cubanas, el país prevé alcanzar poco menos de un millón de toneladas de azúcar en 2022, cifra similar a la del año precedente.

Dado el carácter estratégico del sector, el Gobierno cubano aprobó recientemente un paquete de 93 medidas para la reanimación de la agroindustria azucarera, acciones que van desde la producción de caña y azúcar, hasta la generación de electricidad y derivados.

El programa comprende también acciones bancarias y financieras, así como de gestión empresarial y potencial humano, además de ciencia, tecnología e innovación.

El experto del estatal Grupo Azcuba y presidente de la Comisión Nacional de Patrimonio Histórico Azucarero, Liobel Pérez, aseguró a Xinhua que la política del bloqueo económico, comercial y financiero de las administraciones estadounidenses contra la isla, afecta el acceso a fuentes de financiamiento para la reparación de la infraestructura de sus centrales y maquinaria agrícola.

La política del bloqueo afecta también la compra de fertilizantes, herbicidas y combustibles, según la explicación de Pérez.

Agregó que como parte de la estrategia de desarrollo de la nación, la industria azucarera permite interconectar diferentes sectores de la economía, así como el desarrollo de las energías renovables en Cuba.

La amplia gama de derivados del azúcar alcanza el área de la producción de medicamentos, la alimentación animal, la industria de licor y la cosmética, entre otros usos de interés social y económico.

En la nación insular están vinculados a la industria azucarera alrededor de 200.000 trabajadores, entre ellos el soldador Mario Hernández, quien es parte del grupo de técnicos que regularmente repara maquinarias y piezas estratégicas para el funcionamiento de «30 de Noviembre».

«Este un trabajo complejo, porque tenemos que inventar mucho. La mayoría de las piezas son recuperadas y pasadas por el torno una y otra vez. No hemos podido cambiarlas, pero lo más importante es que a pesar de los obstáculos, el ingenio está en marcha».

La azúcar de Cuba, principal país productor en la región del Caribe, está destinada al consumo interno y a la venta en el mercado internacional.


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