Con Estados Unidos superando los 900.000 muertos por COVID-19 el viernes, gran parte de la culpa ha recaído en los individuos, a pesar de la gran desigualdad de ingresos y los problemas de accesibilidad a las vacunas, informó el medio británico The Guardian.

El número de muertos sería equivalente a la población de la decimoquinta ciudad más poblada de Estados Unidos, más que San Francisco, Washington D.C. o Boston, según el informe.

El país también tiene la tasa de mortalidad más alta de cualquier país rico, con la mitad de las muertes ocurriendo después de que las vacunas estuvieran disponibles, señaló el periódico.

«Estados Unidos nunca ha respondido a la pandemia de COVID-19 de manera sostenida y proactiva como una nación unificada. En cambio, gran parte de la responsabilidad, y la culpa, ha recaído en los individuos», dice el informe. «En un país con una gran desigualdad de ingresos, mala salud y marcadas divisiones políticas, los resultados han sido sombríos».

El medio citó un reciente artículo publicado en la revista médica The Lancet, que apunta a que un indicador de muertes por COVID-19 por países es la confianza en el Gobierno, con los países con niveles más bajos de confianza en el Gobierno registrando tasas más altas de casos y muertes.

Los líderes nacionales en Estados Unidos no pueden exigir precauciones, como el uso de mascarillas o vacunas, para todo el país, y las responsabilidades recaen en gran medida en los líderes estatales y locales, dijo The Guardian.(Xinhua).