Kim Yo-jong, la hermana del líder norcoreano Kim Jong-un, condenó hoy el hecho de que el Consejo de Seguridad de la ONU se reuniera en la víspera para tratar el lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM) de combustible sólido el pasado miércoles a cargo de Pionyang.

En un comunicado publicado hoy por la agencia estatal de noticias KCNA Kim manifestó su «gran malestar» por la reunión del órgano en Nueva York el jueves al considerar que el lanzamiento fue un «ejercicio justo» de autodefensa que responde a las «políticas hostiles» de EE.UU.

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«Nadie tiene justificación alguna para estar en desacuerdo con el lanzamiento de nuestro nuevo tipo de misil balístico intercontinental», afirmó Kim, que es vicedirectora del Departamento de Propaganda y Agitación del régimen.

Kim también advierte que «el precio que EE.UU. tendría que pagar por provocarnos no sería pequeño» y que su país planea construir la disuasión nuclear «más apabullante» si Washington no retira esa «política hostil».

La reunión fue convocada por EE.UU., Albania, Francia, Japón y Malta con base en el hecho de que las resoluciones del propio Consejo de Seguridad castigan el uso de tecnología de misiles balísticos por parte de Corea del Norte.

De los 15 miembros del Consejo de Seguridad, 12 apoyaron castigar al aislado país asiático, al tiempo que China y Rusia ejercieron su derecho de veto y afirmaron que no ven apropiado castigar ahora a Corea del Norte y que creen que corresponde a EE.UU. dar los primeros pasos para rebajar el conflicto.

Por primera vez en más de cinco años Corea del Norte intervino en una de estas reuniones, con Kim Song, su embajador ante la ONU, insistiendo, al igual que Kim Yo-jong, en que su país tiene derecho a efectuar este tipo de pruebas para garantizar su defensa.

Pionyang lanzó el miércoles al mar de Japón (llamado mar del Este en las dos Coreas) un Hwasong-18, el misil de largo alcance norcoreano más sofisticado.

El proyectil se estrelló en el agua tras volar 75 minutos y alcanzar una altura de más de 6.600 kilómetros al haber sido disparado con un ángulo muy abierto.

A principio de semana Pionyang condenó unas supuestas incursiones aéreas de aviones espía estadounidenses y también el plan de Seúl y Washington de que llegue este año a la península un submarino del Pentágono con capacidad para portar armas nucleares.

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Tras el fracaso de las negociaciones sobre desnuclearización de 2019, la tensión ha vuelto a dispararse en la península coreana, con Pionyang rechazando cualquier oferta de diálogo y realizando un número récord de pruebas de misiles, y Seúl y Washington retomando sus grandes maniobras conjuntas y desplegando periódicamente activos estratégicos estadounidenses en la región. (swissinfo.ch)