Los científicos Mary E. Brunkow y Fred Ramsdell (EE. UU.), junto al japonés Shimon Sakaguchi, fueron galardonados este lunes con el Premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos sobre la tolerancia inmunitaria periférica, un mecanismo esencial para evitar que el sistema inmunológico ataque los propios tejidos del cuerpo humano.

El Comité Nobel destacó que los tres investigadores “identificaron a los guardianes del sistema inmunitario: los linfocitos T reguladores”, células que vigilan y controlan la respuesta inmunitaria para prevenir enfermedades autoinmunes. Estos hallazgos han abierto nuevas vías terapéuticas para tratar el cáncer, el lupus, la diabetes tipo 1 y otras patologías.

Sakaguchi, pionero en el campo desde 1995, expresó desde Osaka que recibir el Nobel “es un honor” y que espera que el reconocimiento impulse aún más la aplicación clínica de sus investigaciones. El comité no logró contactar de inmediato a Brunkow ni a Ramsdell, quienes trabajan en centros de investigación en Seattle y San Francisco, respectivamente.

De la tolerancia central al gen Foxp3

El avance comenzó cuando Sakaguchi descubrió que la tolerancia inmunológica no dependía únicamente del timo, como se creía, sino de células especializadas que regulan la respuesta inmunitaria. Años después, Brunkow y Ramsdell identificaron el gen Foxp3, cuya mutación provoca el síndrome IPEX, una grave enfermedad autoinmune. Sakaguchi conectó ambos hallazgos al demostrar que Foxp3 regula el desarrollo de las células T reguladoras.

El premio incluye una medalla, un diploma y un cheque por 1,2 millones de dólares, que será entregado en la ceremonia oficial el 10 de diciembre en Estocolmo.

Expectativas para el Nobel de la Paz

Mientras tanto, crecen las especulaciones sobre los posibles laureados del Nobel de la Paz. Entre los candidatos más mencionados figuran los voluntarios de las Salas de Respuesta de Emergencia en Sudán, organizaciones como Reporteros Sin Fronteras y el Comité para la Protección de los Periodistas, así como Yulia Navalnaya, viuda del opositor ruso Alexei Navalny.

En contraste, el presidente estadounidense Donald Trump ha manifestado públicamente su deseo de recibir el Nobel de la Paz, pese a que expertos como el historiador Oeivind Stenersen consideran “impensable” tal posibilidad, debido a su política aislacionista y estilo confrontativo. “Trump representa lo opuesto a los ideales del Nobel”, afirmó Stenersen.