Ante la creciente amenaza de China, Taiwán se prepara tanto para una posible invasión de sus tropas como para un ataque cibernético que podría tener graves repercusiones, incluyendo dejar a millones de personas sin internet, inutilizar bancos y paralizar la industria de semiconductores más avanzada del mundo.

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China considera a Taiwán como parte de su territorio, lo que lleva a las autoridades de Taipéi a imaginar los escenarios más funestos en caso de un ataque.

Las autoridades taiwanesas y los expertos en ciberseguridad están conscientes de que, en caso de invasión, China intentará desconectar a la isla del resto del mundo.
Taiwán enfrenta una persistente amenaza de ciberataques, con cinco millones de ciberataques diarios contra las agencias gubernamentales, según estimaciones.

Los ciberataques contra Taiwán crecieron drásticamente en el año previo a las elecciones presidenciales, con un incremento del 80% en la primera mitad de 2023, convirtiéndola en la principal víctima de estas acciones en Asia-Pacífico.

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Los cibercriminales no solo atacan al gobierno o las organizaciones de defensa, sino también a la industria de semiconductores de la isla, la cual es crucial para el suministro de chips a nivel global.
La empresa Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), que controla más de la mitad de la producción de chips mundiales, ha informado sobre intentos de ciberespionaje y acceso no autorizado por parte de grupos operando desde China.

La situación plantea grandes desafíos para Taiwán en el ámbito de la ciberseguridad y la defensa ante posibles amenazas militares por parte de China.