Diplomático hondureño invoca inmunidad y evade juicio por agresión en Corea del Sur
BUSAN / TEGUCIGALPA — Un escándalo diplomático sacude a Honduras tras confirmarse que César Padilla, funcionario acreditado en la Embajada de Honduras en Seúl, abandonó Corea del Sur invocando inmunidad diplomática, luego de ser acusado de agresión sexual en el metro de Busan.
El incidente ocurrió el 19 de junio de 2025, cuando, según reportes de la policía local, Padilla presuntamente agredió a un ciudadano coreano durante un altercado en la línea 2 del metro. El diplomático se encontraba en la ciudad portuaria por motivos laborales.
Investigación frustrada por inmunidad
La comisaría de Haeundae inició una investigación inmediata, pero el proceso se estancó cuando el acusado invocó su inmunidad diplomática. Aunque el Ministerio de Relaciones Exteriores de Honduras anunció públicamente la revocación de dicha inmunidad semanas después, las autoridades coreanas nunca recibieron una notificación oficial que permitiera continuar con el caso.
Un portavoz de la policía surcoreana confirmó que el único documento recibido fue la declaración de inmunidad, sin respaldo jurídico para proceder. El diplomático abandonó el país sin enfrentar cargos ni brindar testimonio.
El vicecanciller hondureño, Tony García, aseguró que Padilla fue destituido antes de su salida, se le retiraron los beneficios diplomáticos y no fue reubicado en otra misión. “Su carrera quedó truncada. La sanción fue su destitución, más humillante que cualquier juicio”, afirmó García.
Sin embargo, la comisaría de Haeundae anunció el cierre del expediente por falta de jurisdicción. La víctima, un ciudadano coreano, quedó sin justicia, y el caso se archivó sin consecuencias penales.
El Ministerio de Relaciones Exteriores reiteró su compromiso con el respeto a las leyes extranjeras y condenó cualquier violación de derechos humanos. Pero el desenlace del caso contradice esa postura: el acusado regresó a Honduras sin enfrentar la justicia, y las declaraciones oficiales no se tradujeron en acciones concretas.
Este episodio deja al descubierto cómo la inmunidad diplomática puede convertirse en un escudo ante denuncias graves, y cómo las promesas de rendición de cuentas pueden diluirse en el vacío institucional.
