La justicia en Honduras ha dado un paso significativo en el caso del crimen que conmocionó al país en julio de 2022, cuando cuatro jóvenes, entre ellos el hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa, fueron brutalmente asesinados en el centro comercial Torre Centro Morazán de Tegucigalpa.

Tras 672 días de investigación y proceso judicial, la Sala II del Tribunal de Sentencia emitió un fallo condenatorio contra tres personas implicadas en este atroz acto.

CLÍCK AQUÍ PARA RECIBIR NOTICIAS

Ever Ezequiel Espinoza Martínez fue declarado culpable del delito de asesinato, mientras que Erick David Macías y Norma Alicia García fueron condenados por encubrimiento de asesinato.

Además, los tres fueron hallados culpables por el delito de asociación para delinquir, según lo dictaminado por la terna de jueces.

La audiencia de determinación de la pena está programada para el 6 de junio, donde se espera que las partes procesales presenten sus argumentos para solicitar las penas correspondientes.

#MP logra primer condena contra asesinos del hijo de expresidente Porfirio Lobo Sosa y tres jóvenes mas https://t.co/Ht1uim5brD pic.twitter.com/iwvwpv5mTI

— Ministerio Público (@MP_Honduras) May 16, 2024

Estos individuos fueron procesados por la muerte de Said Omar Lobo Bonilla, hijo del ex presidente Lobo Sosa, José Salomón Vásquez Chávez, Norlan Enrique Rivera Rodríguez y Luis Armando Zelaya Rivera.

Los cuatro jóvenes perdieron la vida en el trágico suceso que tuvo lugar la madrugada del 14 de julio de 2022.

De acuerdo con los detalles proporcionados, el crimen ocurrió cuando un grupo de hombres armados interceptó a las víctimas en las afueras del centro comercial, obligándolos a salir de sus vehículos y sometiéndolos a un registro violento antes de ejecutarlos a sangre fría.

Las autoridades del Ministerio Público llevaron a cabo un allanamiento en una residencia en la colonia Miraflores Sur, donde se logró la detención de Norma Alicia García, miembro activo de la estructura criminal MS-13, y se decomisó el vehículo utilizado en el crimen.

Este fallo condenatorio marca un hito en la búsqueda de justicia para las víctimas y sus familias, así como un paso importante en la lucha contra la impunidad y la violencia en Honduras.