Medio internacional dice que Xiomara muestra encono contra EEUU
Tras más de 100 años, la extradición entre EE. UU. y Honduras llega a su fin. El interés por combatir el narcotráfico y cooperar con el Norte no figura en la agenda de Xiomara Castro.
Panorama general. La presidenta arremetió contra el gobierno de EE. UU. en su cuenta de X el pasado 28 de agosto, anunciando el fin —unilateralmente— de un tratado de extradición que tenía más de un siglo de existencia. En su publicación, la mandataria acusó a los norteamericanos de intentar gobernar el país desde su embajada.
- Castro reaccionó a las declaraciones de la embajadora de EE. UU. en Honduras, Laura Dogu, que expresó su preocupación por la reunión entre los ministros de Defensa de Honduras y Venezuela.
- Dogu afirmó que le sorprendió ver a José Zelaya —ministro y sobrino de Manuel Zelaya— reunido con un narcotraficante como Vladimir Padrino López, que fue acusado por EE. UU. en 2020.
- De acuerdo con Dogu, es inexplicable que un gobierno que lidia con un Estado altamente controlado por el narcotráfico, estreche relaciones con un presunto narcotraficante.
Por qué importa. Las declaraciones de la embajadora fueron una expresión de poder blando, intentando disuadir a Castro de apoyar un régimen abiertamente enemigo de EE. UU., al asociar a su gobierno indirectamente con el crimen organizado. No obstante, una declaración de dicha naturaleza no amerita la terminación unilateral de un tratado internacional. Las represalias de la presidenta hondureña son solamente un episodio más en la lista de hostilidades de un gobierno —cada vez más— “anti yanqui”.
- En marzo, Castro anunció el retiro de su país del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Mundial, a pesar de tener 10 demandas pendientes contra el gobierno hondureño, 9 de las cuales fueron presentadas durante su gestión.
- El CIADI es el mecanismo de resolución de conflictos establecido para el DR-CAFTA. La decisión ha sido percibida como un mensaje ideológico en contra de EE. UU. y un cambio de política comercial en Honduras.
- Castro, además, fue una de las primeras jefas de Estado en felicitar a Maduro tras su fraudulenta reelección. Catalogó el proceso como un “inobjetable triunfo, que reafirma su soberanía y el legado histórico del Comandante (Chávez)”.
Entre líneas. El tratado —firmado en 1909— habría servido para extraditar alrededor de 50 hondureños, en su mayoría asociados al narcotráfico. El propio expresidente Juan Orlando Hernández (JOH) —cuya actividad delictiva sirvió a Castro para llegar a la presidencia— fue extraditado bajo dicho tratado. La figura de la extradición le permitía a Honduras tercerizar su sistema de justicia y aliviarlo para combatir la narcoactividad.
- Sin la figura de la extradición, se puede esperar que aumente la impunidad para el crimen organizado en el país centroamericano.
- Es poco coherente dar por terminado el tratado y sostener un interés real por desarticular el entramado que sitúa a Honduras al borde de ser considerado un narcoestado.
El balance. Castro es una pieza clave para los enemigos de EE. UU. en Centroamérica. La región, a pesar de haber estrechado lazos con China, se alejaba desde el inicio de esta década del modelo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP). La mandataria, esposa del expresidente Zelaya, busca “refundar” Honduras al proyecto político de su esposo, interrumpido por un golpe de Estado apoyado por Washington en 2009.
- Con JOH y miembros de su gobierno ya extraditados, a Castro le conviene reducir la relevancia diplomática de estadounidense en su país.
- Sus objetivos de refundar la patria consisten en una vendetta de los responsables de la salida de Manuel Zelaya del poder. EE. UU. es uno de esos responsables.
- Bajo Xiomara Castro, Honduras se encamina a terminar una alianza de cooperación histórica con EE. UU., a una relación hostil que roza la enemistad. (republica.gt)