Posibles soluciones al problema de las ZEDEs en Honduras


Por Adolfo J. Facussé

Las ZEDEs en Honduras, creadas durante el periodo de gobierno de Juan Orlando Hernández, siguen funcionando no obstante que se emitió una ley cancelándolas, debido a que se crearon al amparo de una ley y concesiones aprobadas por el Congreso Nacional de Honduras.

Aunque ese fuera un Congreso integrado con más de 70 diputados corruptos —como fue denunciado por la MACCIH— y dominado por la dictadura de un partido político dedicado al saqueo y comprometido con el narcotráfico y todo lo demás que quisiéramos agregar, siempre se trataba del Congreso Nacional y estaba integrado por Diputados electos por el pueblo hondureño.

Que tenemos que aprender a elegir a mejores representantes políticos es muy cierto, porque si no, los corruptos van a seguir emitiendo leyes que, en lugar de avanzar nuestro desarrollo económico y social, nos han causado enorme daño, en este caso hasta parecer irreparable, pero que igual, vamos a tener que cumplirlas.

Es evidente que nuestro nuevo gobierno se ha sentido impotente para revertir o hacer desaparecer muchas de las desgracias y engendros heredados del anterior gobierno central, refrendados por el también anterior Congreso y hasta ahora protegidos por la actual Corte Suprema de Justicia, impuesta durante ese terrible periodo de nuestra historia; y que, Igualmente, está viendo que no es suficiente emitir leyes en su contra, pues es un hecho de que existen obligaciones y tratados internacionales que cumplir y que estas entidades instaladas al amparo de nuestras leyes tienen derecho a, y pueden, demandar al país amparándose a dichas obligaciones y tratados internacionales, por sumas multimillonarias en caso de un incumplimiento de las condiciones que se les concedieron.

Esta difícil situación, también, ya está teniendo otras y muy lamentables consecuencias en cuanto a que ha dado base a la impresión de que no se puede invertir en Honduras porque no respetamos nuestras propias leyes, emitidas por nuestro propio Congreso, gracias al voto de diputados elegidos por el pueblo hondureño.

En el mundo exterior no importa que estas leyes sean o hayan sido producto de la corrupción o en violacion de nuestra Constitucion. Ese es un problema nuestro, no de ellos. Es mas, ellos ven que el que las ZEDEs se acojan para su funcionamiento a leyes extranjeras es lógico ya que, para ellos, precisamente, las leyes y el sistema de justicia en general no sirven, puesto que ni siquiera las cumplen los gobiernos hondureños!

La ZEDE Própera, por ejemplo y según entiendo, decidió regirse por las leyes vigentes en el Estado de Delaware, Estados Unidos o sea, no por las leyes vigentes en Honduras.

Es claro que eso viola nuestra soberanía, es como reconocer a una ZEDE como a un país extranjero ubicado dentro de nuestro propio territorio.

El problema es que eso fue lo que aprobaron los que eran nuestros Diputados, nuestro Congreso y nuestro Gobierno. Peor aún, cuando era dirigido por un gobernante, Juan Hernández, que tenía todo el respaldo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no obstante conocer su corrupción y sus nexos con el narcotráfico.

Desde el punto de vista del inversionista extranjero que invirtió en la tal ZEDE, entonces, a él no le correspondía juzgar si sus prerrogativas y beneficios eran o no violatorios de la soberanía hondureña, repito, la responsabilidad colectiva era nuestra, aunque muchos hayamos denunciado y protestado en su contra.

Entonces, tal vez podemos ver que el daño de elegir a corruptos no sólo es que nos roban o saquean, sino que también sus acciones le roban al país, entre otros muchos perjuicios, la oportunidad de atraer inversiones sanas y productivas y que genérenla empleos.

Que se puede hacer, entonces?

1) Una solución podría ser que el Gobierno abandone esa actitud que tiene actualmente de no hacer nada y esperar a ver que pasa; y que se siente a dialogar con ellos y resolver el problema, permitiéndoles que funcionen sin trabas pero renunciando a lo que ofenda nuestra soberanía.

Tal vez podríamos gestionar el apoyo de países amigos que le garantizarían a los inversionistas que no serían cancelados sus beneficios como la exención de impuestos y similares, siempre y cuando no se desarrollen actividades ilícitas.

Hay por lo menos una ZEDE, dedicada a la siembra de verduras para exportación y que, en realidad, no tenía que acogerse a este régimen, por lo cual no debería ser nada difícil llegar a un acuerdo con ellos y acogerla a otro régimen de incentivos a las inversiones.

2) Hay también otra manera de resolver esta situación, si no es posible llegar a un entendimiento.

Tal y como están las cosas las ZEDEs son entes soberanos en toda la extensión del territorio que se les ha concedido, durante los 50 o 100 años que dura esta concesión. Asi es, esa es la realidad, tenemos que entenderlo y aceptarlo, nos guste o no nos guste, viole o no nuestra Constitucion, esto fue lo que les regaló JOH sin ser de él ni de sus cómplices y que será de ellos hasta el día en que venza esa concesión.

China se vio similarmente obligada a cederle a Inglaterra un territorio, Hong Kong, durante 100 años. Esa decisión tuvo que ser cumplida por China, les gustase o no a los chinos aunque, finalmente y gracias al espectacular desarrollo alcanzado por Hong Kong debido a las seguridades que les daba a sus inversionistas nacionales y extranjeros de gozar de libertad de inversión y comercio y estar acogidos a las leyes y a la protección del Imperio Británico, Hong Kong se convirtió en un ejemplo de lo que se podía alcanzar en el resto de China, adoptando los mismos principios, lo que se logró manteniendo el status económico favorable de Hong Kong aun después de ser devuelta a China y con la apertura de las Ciudades Modelo a lo largo y ancho de toda China y que, con el tiempo la ha convertido en una gigantesca potencia industrial y comercial.

Esta es pues, una segunda opción, aguantarnos esos 50 o 100 años y ver si las ZEDEs alcanzan un enorme desarrollo al estilo de Hong Kong y donde encuentren oportunidades de empleo millones de trabajadores hondureños.

3) La tercera y última opción es dejar que las ZEDEs se queden con sus prerrogativas tal como tienen pero única y exclusivamente limitados a sus territorios.

Esto significa que, si necesitan energía eléctrica del sistema de “su vecino país Honduras”, pues, podrían seguir conectados y cargárseles una tarifa un 50% o un 100% más alta que la aplicable en el resto del país; similarmente, si necesitan utilizar las carreteras de “su vecino país Honduras” para que los que habiten allí entren o regresen a su territorio y para traer materias primas o exportar productos, etc tendrían que pagar un peaje de, digamos $1,000 por vehículo y $5,000 por camión o furgón cada vez que usen nuestras carreteras; y similar tratamiento si quieren usar nuestros puertos y aeropuertos.

Esto es sólo para hacer evidente que tienen que llegar a un entendimiento razonable con nosotros. Ningún tratado internacional nos prohíbe cobrar lo que querramos por el uso de los servicios en los cuales hemos invertido nuestros impuestos.

Hong Kong era un puerto, se podía desentender del resto de China y sólo utilizar, posiblemente su mano de obra barata, con lo cual nadie tiene problema; las ZEDES que tengan que operar haciendo uso de nuestra energía, de nuestras carreteras y puertos y hasta podríamos agregar, de nuestro espacio aéreo, tendrían que celebrar un “tratado internacional” con nosotros para el uso de los mismos.

15 de Septiembre del 2022
Tegucigalpa, Honduras


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