A lo largo de la historia, ha habido gente que ha creado inventos increíbles que han logrado convertirse en éxitos de ventas mundiales sin recaudar ni un solo euro de recompensa por su genio y su talento.

También ha habido otros que, pensando en el beneficio común y en el progreso de la humanidad, no quisieron monetizar sus creaciones y, por tanto, renunciaron a hacerse multimillonarios.

De Supermán al boli BIC, aquí te contamos la historia de varios creadores de grandes inventos que perdieron millones de euros:

Ak-47

Mikhail Kalashnikov desarrolló el arma que lleva su nombre a mediados de la década de 1940 en la Unión Soviética. Todavía ampliamente utilizado hoy en día, este rifle de asalto es apreciado por su bajo coste de producción, su fiabilidad, su durabilidad y su facilidad en el uso.

Si bien Kalashnikov recibió premios y elogios por parte de las autoridades soviéticas, este pionero de las armas no supo aprovechar el enorme éxito de su creación. Un comunista acérrimo, Kalashnikov creó el arma para el bien del país más que para su beneficio personal, y después llegó a arrepentirse de su invención.

Superman

Jerry Siegel y Joe Shuster habían pasado años tratando de encontrar un editor para sus cómics con un héroe llamado Superman.

Finalmente, cuando encontraron uno, no regatearon el precio. Vendieron los derechos de DC Comics por tan solo 130 euros en el año1937.

Automáticamente Superman se convirtió en el superhéroe más famoso de todos los tiempos y los cómics se han convertido en una industria de mil millones de dólares con el paso de los años.

Después de prolongadas batallas legales, a finales de la década de 1970, se acordó que ambos creadores recibirían 30.000 euros al año de por vida, y entradas para las futuras películas de Superman.

En 2012, el cheque original de 130 euros se vendió en una subasta por 160.000, y el dinero fue a parar a los herederos de un empleado de DC Comic que había guardado el cheque durante años.

McDonald’s

En la década de 1950, Richard y Maurice McDonald inventaron una forma revolucionaria de hacer hamburguesas mejor y más rápido que nadie.

Luego conocieron a un vendedor con mala suerte llamado Ray Kroc, quien los convenció de que les permitieran franquiciarlo. Pronto aparecieron puntos de venta de McDonald’s en todo Estados Unidos, pero los problemas ya se estaban gestando.

Al final, acordaron vender el negocio por 3 millones de euros, pero Kroc expandió la cadena en todo el mundo, ganando miles de millones en el proceso.

Boli BIC

László Bíró tuvo la suerte de que su invento le pusiera su nombre, al menos en un sentido genérico, pero no lo suficientemente afortunado como para ganar mucho dinero con él.

El innovador húngaro-argentino patentó el primer bolígrafo comercialmente viable en 1938. Sin embargo, Bíró huyó de la Hungría ocupada por los nazis y se escapó a Argentina en la Segunda Guerra Mundial, donde perfeccionó aún más su invento.

Al perder su derecho a futuros beneficios por la comercialización de los bolígrafos, Bíró vendió la patente a Marcel Bich en 1945, y la compañía Bic pasó a vender la asombrosa cantidad de 100 mil millones de bolígrafos