La COP28 debatirá los efectos de un gas de efecto invernadero


Las conversaciones sobre el clima suelen centrarse en la reducción de un conocido gas de efecto invernadero, el CO2. Pero en la COP28 de este año, otro gas poderoso que retiene el calor, el metano, será un tema clave.

¿Qué es el metano?

Como componente principal del gas natural, el metano (CH4) se encuentra abundantemente en la naturaleza.

Pero también es el segundo mayor contribuyente al calentamiento global causado por el ser humano después del dióxido de carbono (CO2), con una capacidad aún más fuerte para atrapar el calor.

En un periodo de 100 años, su efecto de calentamiento es 28 veces superior al del CO2 (y 80 veces a lo largo de 20 años).

La concentración de metano en la atmósfera actualmente es más de dos veces y media mayor que sus niveles preindustriales. Y el aumento se ha acelerado en los últimos años.

El metano también contribuye a la producción de ozono, un contaminante peligroso para los seres humanos y los ecosistemas.

Agricultura y energía

Alrededor del 40% del metano se emite de forma natural, principalmente a través de los humedales. Pero la mayoría de las emisiones (alrededor del 60%) están vinculadas a la actividad humana.

La agricultura es el sector más importante. Es responsable de aproximadamente una cuarta parte de las emisiones, provenientes de ganado (las vacas y ovejas liberan metano durante su digestión y a través de sus excrementos) y el cultivo de arroz en campos inundados, donde se crean condiciones ideales para las bacterias que emiten metano.

El sector energético (carbón, petróleo y gas) es el segundo mayor emisor. El metano se escapa durante la producción de energía, las infraestructuras de transporte (como gasoductos) y por fugas deliberadas durante el mantenimiento de las instalaciones.

Los desechos fósiles también liberan grandes cantidades de metano cuando se descomponen.

Pero la cantidad de metano liberado en la atmósfera sigue siendo objeto de una «incertidumbre significativa», según destaca la Agencia Internacional de Energía (AIE), a pesar de los avances en la monitorización de las emisiones mediante el uso de satélites.

¿Qué se puede hacer?

Un informe reciente de la AIE estima que reducciones rápidas en las emisiones de metano vinculadas al sector de los combustibles fósiles podrían evitar hasta un 0,1 ºC de calentamiento para mediados de siglo.

Tal reducción tendría un impacto mayor que «retirar inmediatamente todos los automóviles y camiones de las carreteras», según los autores.

El director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, lo llamó «una de las opciones más efectivas y asequibles» para reducir el calentamiento global.

Podría lograrse reparando fugas en la infraestructura energética y eliminando la quema rutinaria y la liberación durante el mantenimiento de los gasoductos.

«Las fugas son demasiado altas en muchas áreas donde se extrae gas natural, pero algunos países, especialmente Noruega, han demostrado que es posible extraer y suministrar gas natural con niveles mínimos de fugas», dijo William Gillett, director del Programa de Energía en el Consejo Asesor Científico de las Academias Europeas (EASAC), a la AFP.

«Estas ‘mejores prácticas’ deben adoptarse más ampliamente», agregó.

En el caso de la agricultura, es posible modificar las dietas de los animales mediante, por ejemplo, la adición de un compuesto que inhibe la producción de metano. Otros han sugerido el enfoque más drástico de reducir las cabezas de ganado.

Para los campos de arroz, las modificaciones en la gestión del agua son la manera «más prometedora» de reducir las emisiones, según un informe de la FAO.

Un «Compromiso Mundial sobre el Metano»

Las anteriores COP han sido vagas sobre el tema, pero los países y las corporaciones están empezando a tomar la iniciativa para adoptar objetivos de reducción de emisiones de metano no vinculantes.

El «Compromiso Mundial sobre el Metano» fue lanzado por la UE y Estados Unidos en 2021, y tiene como objetivo reducir las emisiones mundiales de metano en un 30% para 2030, en comparación con los niveles de 2020.

Alrededor de 150 países han firmado, pero China, India o Rusia no lo han hecho.

«Para frenar el cambio climático, será fundamental que los actores más importantes que hasta ahora no se han unido se comprometan», dijo Gillett.

Los científicos del EASAC sugieren que el siguiente paso sea un acuerdo internacional vinculante para duplicar los objetivos de reducción de emisiones, respecto al compromiso actual. Si un compromiso global de este tipo ocurriera en la COP28, constituiría un gran éxito.

Estados Unidos y China han anunciado que incluirán el metano en sus planes de acción climática, y Pekín ha revelado un plan para controlar sus emisiones (aunque sin un objetivo cuantificado).

El plan de China es un «paso crucial adelante para abordar uno de los principales gases de efecto invernadero del país, que representa el 10% de las emisiones totales del país», dijo Byford Tsand del grupo de reflexión climática E3G.

Sin embargo, «llevará tiempo evaluar si el plan podría tener un ‘efecto significativo’ en ausencia de objetivos cuantificados de reducción», agregó.

Los gigantes del petróleo y el gas también han propuesto compromisos, incluida la Iniciativa Climática del Petróleo y el Gas, que tiene como objetivo alcanzar cero emisiones en sus actividades para 2030. (rfi)


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