Confirma la muerte de 68 personas en el accidente aéreo de Nepal


Las labores de rescate entre los restos incendiados del avión bimotor que se ha estrellado esta mañana con 72 personas a bordo en Pokhara, región situada en el centro de Nepal, están próximas a concluir en medio del escenario más trágico y pesimista posible.

La Policía asegura que ya se han localizado 68 cadáveres, en lo que supone el accidente aéreo más grave ocurrido en las puertas del Himalaya, lugar de tránsito para miles de montañeros, senderistas y peregrinos de todo el mundo que acuden a la región de Mustang atraídos por sus cumbres y las leyendas del reino prohibido. Al menos 64 cuerpos están depositados en la morgue del hospital de la ciudad y los forenses han identificado a cinco de ellos, todos ellos de origen nepalí.

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El accidente se ha producido cuando la aeronave, un bimotor ATR 72 de la compañía Yeti Airlines, intentaba aterrizar en las nuevas instalaciones del aeropuerto de Pokhara. Había despegado de Katmandu, a 200 kilómetros de distancia, y se estrelló sobre las 10.30 horas (cinco de la madrugada hora española) en un pequeño desfiladero fluvial entre la antigua y la moderna terminal aérea.

Las primeras informaciones apuntan a que el avión perdió el control por causas desconocidas, comenzó a arder y se partió en dos al caer a tierra.

Los restos han quedado diseminados en el barranco, sin acceso directo, lo que ha dificultado la intervención de los bomberos ante los problemas para hacer llegar las cisternas. Varios testigos han grabado enormes columnas de humo procedentes del fuselaje que «se ha partido en pedazos». De inmediato, una muchedumbre se ha acercado hasta el lugar, lo que ha motivado las quejas de los socorristas, que en algunos momentos han sufrido un auténtico calvario para abrirse camino hasta los restos del aparato en medio del gentío.

Algunos vecinos han intentado aplacar infructuosamente el incendio con cubos de agua, según relatan en la prensa local. Muchos escucharon un «tremendo ruido» y luego se percataron de que procedía del impacto de un avión.

El director del aeropuerto de Tribhuvan, Premnath Thakur, explicó que el bimotor «se encontraba en el proceso de preparación para el aterrizaje» y, según parece, los pilotos no informaron a la torre de control sobre «ningún problema» mecánico, humano o de vuelo. »Se estaban preparando para aterrizar», repitió para reafirmarse en que todo se desarrollaba según las rutinas de una aproximación normal.

Una comisión recién creada por las autoridades de aviación y el Gobierno, que ha decretado la jornada de mañana como de luto nacional, se ha hecho cargo de las investigaciones. El aeropuerto de Pokhara es un destino muy popular entre los turistas e himalayistas que se dirigen al Annapurna y la remota región de Mustang. La reserva natural comprende media docena de cumbres por encima de los 7.000 metros. Fuentes oficiales afirman que en el aparato viajaban senderistas, montañeros y peregrinos hindúes, además de seis menores de edad, dos de ellos bebés.

Aparte de los pilotos (uno de ellos era instructor de vuelo) y dos azafatas, en el aparato iba también medio centenar de ciudadanos nepalies. Quince personas tienen nacionalidad extranjera (cinco indios, cuatro rusos, dos surcoreanos, un irlandés, un francés, un australiano y un argentino).

El jefe del equipo forense ha explicado que se han logrado identificar cinco cadáveres, entre ellos el de un niño, pero asegura que el reconocimiento de todas las víctimas resultará un trabajo arduo debido a que han quedado «irreconocibles».

A la vista de los destrozos sufridos por el avión, y agravados por el voraz incendio, varios testigos han señalado que el impacto debió de ser «terrible». Debido al elevado número fallecidos encontrado, se hace muy difícil pensar en supervivientes, según han explicado fuentes del Ejército, que colabora en la búsqueda, a pesar de que en un primer momento se informó de la existencia de varios pasajeros con vida, que habrían sido trasladados a un hospital.

El tiempo también era bueno, «así que no se puede culpar al clima», ha añadido Premnath Thakur esta mañana en los medios locales. El director ha explicado que existen unos criterios de visibilidad sin los cuales el aeropuerto no puede abrir y el de Pokhara «ha estado abierto desde la mañana después de cumplir con los estándares».

Una de las hipótesis que se manejan es que los dos pilotos no hubieran informado a la torre de una avería en el aparato, quizá confiados en que podrían aterrizar sin problemas.

Se trata del suceso más trágico en el país de los últimos años, tras el accidente ocurrido en marzo de 2018, donde 51 personas perdieron la vida precisamente en el antiguo aeropuerto de Pokhara. Los accidentes aéreos no son infrecuentes en Nepal, hogar de ocho de las 14 montañas más altas del mundo, incluido el Everest, ya que el clima puede cambiar repentinamente y generar condiciones peligrosas.

Según un informe de Aviación Civil, con éste se elevan a 50 el número de siniestros aéreos ocurridos en Pokhara con vuelos domésticos comerciales. Hasta ahora ha habido 104 accidentes de avión en Nepal, con más de 850 víctimas mortales en total, según refleja la prensa local.

Tampoco son raros los accidentes de helicóptero, con 36 casos, al tratarse de un medio habitual de desplazamiento en las zonas montañosas. Pokhara tiene un notable tráfico por el valor turístico y deportivo del Himalaya.

Precisamente por la cantidad de incidentes que se producen, el país ha sido sancionado en varias ocasiones por la Unión Europea, que prohibió ya en 2013 el acceso a su territorio de aerolíneas procedentes de Nepal. El primer ministro nepalí, Pushpa Kamal Dahal, ha convocado un gabinete de emergencia tras el accidente. (elcorreo)


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