Sitio Maya de Copán en Honduras espera más cooperación arqueológica con China


Por Zhao Yan

COPÁN RUINAS, Honduras, 2 abr (Xinhua) — El sitio arqueológico de Copán, un asentamiento de la antigua civilización Maya y ubicado en los bosques del departamento homónimo al occidente de Honduras, espera contar con más oportunidades de trabajo conjunto entre los especialistas honduerños y chinos después de que los dos países establecieran relaciones diplomáticas el 26 de marzo.

Las ruinas de Copán, catalogadas como patrimonio cultural mundial por la UNESCO en 1980, es uno de los hallazgos mayores y más antiguos de la civilización Maya, donde se encuentran estructuras de pirámides, plazas, templos, grupos residenciales, campo de pelota, además de numerosas esculturas, estelas y una escalera jeroglífica.

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Anteriormente, debido a que Honduras no tenía relaciones diplomáticas con China, los arqueólogos chinos no podían obtener visas a largo plazo y solo podían venir a trabajar en Honduras unos meses al año.

«Hoy van a tener un acceso más amplio, más libre», dijo Jorge H. Ramos, co-director del Proyecto «Arqueología de Copán, Centro de Civilización Maya e Investigación de la Civilización Mesoamericana» del Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias Sociales de China (PIACASS), al mencionar las relaciones diplomáticas establecidas últimamente entre los dos países.

Para Salvador Varela Martínez, representante regional de occidente del Instituto Hondureño de Antropología e Historia, la nueva era entre Honduras y China trae más oportunidades de trabjo conjunto.

«En el futuro, además de brindar tecnología y arqueología conjunta, China también puede ayudarnos a formar más arqueólogos, pues actualmente no hay una carrera de antropología en las universidades de Honduras», declaró Martínez.

El especialista añadió que «los intercambios culturales también conducen a un mejor entendimiento mutuo entre los dos pueblos y promueven los intercambios y la cooperación en todos los niveles entre los dos países».

El sitio 8N-11 es un patio residencial donde vivieron miembros de la elite de Copán, donde arqueólogos chinos y sus homólogos hondureños realizan trabajo de excavación e investigación conjuntamente.

En 2015, recomendado por la Universidad de Harvard de Estados Unidos, el equipo arqueológico conjunto chino-hondureño dirigido por Li Xinwei, investigador del Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias Sociales de China, comenzó a trabajar en el sitio 8N-11. Hasta 2019, arqueólogos chinos vinieron al sitio de Copán para trabajar durante algunos meses cada año.

El sitio 8N-11, donde trabaja el PIACASS, se sitúa en el Conjunto de las Sepulturas, que consta de estructuras restauradas, sobre todo residencias de la élite, bancos de piedra con decoraciones talladas y varias tumbas.

«Todo el sitio lo penetramos con túneles y, de esta forma, con esta técnica de túneles pudimos identificar unas 15 tumbas aproximadamente y 47 otros entierros donde existe vestimenta y todos sus objetos personales, además de eso, documentamos una secuencia constructiva de los edificios», explicó Ramos.

Las investigaciones arqueológicas conjuntas han descubierto sucesivamente tallas de antorchas cruzadas, cabezas de dioses de serpientes emplumadas y cabezas de dioses de maíz en este patio aristocrático. También se encontraron exquisitos jade y cerámica pintada en las tumbas.

Los arqueólogos chinos han aportado fotografías aéreas con drones, tecnología de imágenes 3D y otros métodos para la investigación.

Ramos indicó que «es la primera vez que arqueólogos chinos participan en investigación mesoamericana. El trabajo de los chinos es muy importante, porque estamos abiertos a entender nuevas metodologias».

«Además, tienen mucho interes en el análisis, en cómo entender profundamente los orígenes, y el desarrollo de la civilización. Y de alguna manera, como ellos tienen una trayectoria tan larga en China de civilizaciones muy antiguas, vamos a ver si hay alguna similitudes de organización política y religiosa», agregó.

En la excavación e investigación del sitio de Copán, además de arqueólogos chinos, participaron equipos arqueológicos de Estados Unidos, Japón, República de Corea, México, entre otros países. Ramos cree que los académicos de diferentes países aportan su propio conocimiento, y solo a través de intercambios continuos se pueden lograr más resultados y lograr un mayor éxito.

Durante muchos años, tanto en los círculos populares como académicos se ha descubierto que hay muchas similitudes entre la civilización china y la civilización mesoamericana.

Para Ramos, las similitudes existen en «la parte religiosa, el contacto con los ancestros siempre existió en ambas culturas. Y existe en la parte de comunidad, convivencia. Por ejemplo, en Las Sepulturas, los que vivían en los edificios no eran una sola familia. Los de otras ciudades también vinieron. A pesar de diferentes familias, diferentes orígenes, existe una coexistencia pacífica.»

«La cultura no tiene frontera, entre los mayas, se dispersan en varios países mesoamericanos hasta México. La idea, la religión, todo parecidas … Los mayas se desarrollaron justamente por esta comunicación, e inter-elación entre cada ciudad», sostuvo. 


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