San Salvador, 18 de abril de 2025 — El migrante salvadoreño Kilmar Ábrego García, quien fue deportado erróneamente desde Estados Unidos bajo órdenes del presidente Donald Trump, se reunió este jueves con el senador demócrata Chris Van Hollen en El Salvador, tras semanas de presiones diplomáticas.

La reunión, que tuvo lugar en un restaurante en San Salvador, fue confirmada a través de fotografías publicadas por Van Hollen y el presidente salvadoreño Nayib Bukele en sus cuentas de X. En las imágenes, Ábrego aparece vestido con camisa a cuadros y gorra, conversando relajadamente con el legislador.

«Dije que mi principal objetivo en este viaje era reunirme con Kilmar. Esta noche tuve la oportunidad. Llamé a su esposa, Jennifer, para transmitirle su mensaje de cariño», escribió el senador Van Hollen.

Bukele, por su parte, reaccionó de forma irónica en redes sociales: «Kilmar Ábrego García, milagrosamente resucitado de los ‘campos de exterminio’ y la ‘tortura’, ¡ahora tomando margaritas con el senador Van Hollen en el paraíso tropical de El Salvador!».

Contexto del caso

Kilmar Ábrego García, de 29 años, fue deportado desde Estados Unidos el 16 de marzo como parte de un polémico acuerdo entre Washington y San Salvador para enviar a migrantes supuestamente vinculados a organizaciones criminales, bajo el amparo de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798.

Ábrego, quien residía legalmente en Maryland y estaba casado con una ciudadana estadounidense, fue detenido en un control de tráfico y posteriormente enviado al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador, junto a otros migrantes, en su mayoría venezolanos.

La deportación generó críticas porque Ábrego no tenía antecedentes penales en EE.UU. y su expulsión violaba protecciones legales vigentes. Organizaciones de derechos humanos calificaron su encarcelamiento como una «desaparición forzada».

A pesar de órdenes judiciales de tribunales estadounidenses, respaldadas por la Corte Suprema, que exigían su retorno a EE.UU., tanto el gobierno de Trump como las autoridades salvadoreñas se negaron inicialmente a liberarlo, argumentando un acuerdo confidencial de cooperación carcelaria.

La visita de Van Hollen a El Salvador y su insistencia en reunirse con Ábrego presionaron para que el joven fuera liberado del Cecot y ahora permanezca bajo supervisión, mientras se negocia su eventual regreso a EE.UU.