Más de 110 órdenes de detención en Turquía por construir con negligencia


La Fiscalía de Turquía ha establecido una unidad especial para investigar posibles negligencias en los edificios derrumbados por el devastador terremoto del lunes y se han dictado ya más de 110 órdenes de detención, informó el vicepresidente turco, Fuat Oktay.

Según los medios locales, la policía turca ya detuvo el sábado a al menos 14 personas tras el derrumbe de edificios en las provincias de Gaziantep y Sanliurfa. Entre los detenidos se incluían constructores.

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Al menos 6.000 edificios se derrumbaron en Turquía y la cifra global de muertos asciende a más de 33.000 (29.605 en este país y otros 3.575 en Siria) lo que genera dudas sobre si la tragedia podría haber sido menor en caso de aplicarse criterios de construcción más estrictos.

Muchos ciudadanos también se preguntan si el gobierno del presidente, Recep Tayyip Erdogan, podría haber hecho más para salvar vidas. Con unas elecciones presidenciales en mayo, la gestión del desastre y las explicaciones sobre lo sucedido pueden determinar la suerte de Erdogan en las urnas.

El Ministerio de Justicia señaló que era crucial reunir pruebas e imponer medidas cautelares a los sospechosos para evitar que puedan huir del país.

El pasado viernes la policía detuvo en un aeropuerto de Estambul -cuando intentaba huir a Montenegro- a un constructor turco de un exclusivo edificio residencial que se derrumbó con más de cien personas en su interior en la provincia de Hatay.

Renaissance Residence era uno de los edificios más exclusivos de Antioquia -capital de Hatay-, se construyó en 2013 y se publicitó con anuncios que definían sus apartamentos como «una imagen del paraíso». También se aseguraba que se habían levantado siguiendo los criterios más estrictos de calidad y seguridad.

Por otra parte, en otra investigación los fiscales han ordenado detener a 33 personas en Diyarbakir por negligencia al eliminar pilares para ganar espacio en viviendas, lo que afectó a su resistencia estructural.

Estas detenciones son los primeros pasos del Estado para depurar responsabilidades en un momento en el que arrecian las críticas por la baja calidad de las viviendas, algo que no pocos achacan a la corrupción y a los escasos controles.

Aunque Turquía cuenta con una normativa sobre resistencia sísmica en la construcción, rara vez se aplica, incluso en las viviendas más recientes y que deberían haber soportado mejor los temblores.

Además, bajo los gobierno de Erdogan se aplicaron varias amnistías a los edificios que habían incumplido la normativa -incluida la resistencia sísmica- y se legalizó su situación a cambio de una multa económica.

UNA PROFESORA ESCATADA CON VIDA ESTE DOMINGO

Además de las más de 24.600 víctimas mortales, Turquía contabiliza más de 80.000 heridos, según el vicepresidente turco, Fuat Oktay. El total de muertos asciende a más de 28.000 personas incluyendo Siria que se vió afectada por los devastadores terremotos.

Los dos sismos que sacudieron el lunes una enorme zona del sureste de Turquía son los más devastadores desde 1939, después de que la cifra de víctimas haya superado con creces la de los terremotos de 1999 cerca de Estambul, donde murieron unas 18.000 personas.

En las diez provincias afectadas -de un tamaño mayor a un país como Portugal- vivían alrededor de 13 millones de personas y, según datos oficiales, un millón ha perdido sus viviendas, ya sea porque se han venido abajo o han quedado inhabitables.

En la región continúa trabajando un gran número de rescatistas, personal sanitario y del Ejército -más de 150.000 efectivos en total- pero las posibilidades de encontrar a más supervivientes se alejan cuando se cumple casi una semana de los temblores.

Con todo, se siguen encontrando a personas vivas bajo los escombros. El último rescate exitoso ha sido en Hatay a primera hora del domingo, cuando una joven profesora de 32 años ha sido liberada de los escombros de un edificio de ocho plantas en el que pasó 142 horas atrapada. La primera petición de la joven superviviente a los equipos que la salvaron fue té caliente, informó el diario Hurriyet.

Otro rescaté que dio aliento a los equipos de salvamento fue el de un bebé de siete meses que estuvo 140 horas sepultado bajo los escombros de un edificio de seis plantas en Antioquía, la capital de Hatay. Algunos de los rescatistas lloraron al llegar hasta el bebé y cerciorarse de que estaba vivo.

Hasta el sábado por la noche 111.500 personas habían salido de la región del terremoto a través de los centros de evacuación del Gobierno y otras 100.000 mediante vuelos de compañías aéreas. Un número indeterminado también ha abandonado el área afectada por sus propios medios.

En muchas localidades siguen los problemas con los servicios básicos, con interrupciones del agua y la electricidad y con limitada asistencia médica. También hay escasez de determinados productos de higiene y medicamentos.

El presidente, Recep Tayyip Erdogan, declaró el sábado que todas las universidades pasarán a impartir enseñanza a distancia y que las residencias de estudiantes se entregarán a las víctimas del terremoto, al tiempo que prometió reconstruir todas las viviendas destruidas en el plazo de un año.

Las fuerzas de seguridad turcas arrestaron a al menos a 48 personas acusadas de saquear edificios dañados o intentar estafar a las víctimas en la región, informó la agencia de noticias Anadolu.

Dos de los detenidos supuestamente se hicieron pasar por trabajadores humanitarios y trataron de robar en seis camiones llenos de alimentos para las víctimas del terremoto en la provincia sureña de Hatay. (elmundo)


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