El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, llegó el viernes a Florida para una reunión no anunciada con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en su propiedad de Mar-a-Lago. Este encuentro ocurre en un contexto de creciente tensión comercial, tras el anuncio de Trump sobre nuevos aranceles a las importaciones de Canadá y México.

El impacto de los aranceles

Trump declaró que impondría aranceles del 25% a bienes canadienses y mexicanos, y del 10% a productos provenientes de China. Justificó la medida señalando que estos países no han hecho lo suficiente para combatir el tráfico de drogas, especialmente de fentanilo, ni la migración irregular hacia Estados Unidos.

El anuncio generó alarma en Canadá, cuyo comercio depende en gran medida de su vecino del sur. En 2023, 423,000 millones de dólares en exportaciones canadienses tuvieron como destino Estados Unidos, representando más de dos millones de empleos.

Reacción de Canadá

Trudeau rechazó versiones que califican el anuncio como una fanfarronada, señalando que Trump «planea llevar a cabo sus declaraciones». Una fuente del gobierno canadiense informó que se están evaluando aranceles de represalia contra Estados Unidos.

Advertencias de Biden

El presidente saliente, Joe Biden, criticó la medida, advirtiendo que podría «arruinar» las relaciones con Canadá y México, calificándola de «contraproducente».

Mientras tanto, la reunión entre Trudeau y Trump busca mitigar posibles consecuencias y preservar los intereses económicos canadienses en esta nueva etapa de relaciones bilaterales.