
CSJ concede extradición a Teodoro Rodas por tráfico de fentanilo
La Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Honduras ha autorizado este lunes la extradición del hondureño Teodoro Rodas Dubón, alias «El Bean», reclamado por el gobierno de los Estados Unidos por su presunta vinculación con la distribución de fentanilo, un opioide sintético altamente adictivo y peligroso.
La decisión fue emitida por el juez encargado del caso, quien dio luz verde al proceso de entrega del acusado a las autoridades estadounidenses.
Rodas está acusado por una corte en Portland, Oregón, de conspiración para distribuir y poseer con intención de distribuir 400 gramos o más de una mezcla que contiene fentanilo.
Su caso se suma a una lista creciente de hondureños implicados en redes de tráfico de drogas sintéticas hacia territorio estadounidense.
Un mes marcado por decisiones clave
La extradición de Rodas llega apenas una semana después de que otro hondureño, Erick Yojan López Miralda, también solicitado por EE.UU. por tráfico de fentanilo, recibiera luz verde para ser entregado a las autoridades norteamericanas.
Ambos casos evidencian la intensificación de los esfuerzos internacionales para combatir el tráfico de opioides sintéticos, responsables de una crisis de salud pública en Estados Unidos.
Con esta decisión, ya suman nueve los hondureños extraditados a California por cargos relacionados con el tráfico de fentanilo. Entre ellos figuran nombres como Víctor Viera Chirinos, Mayer Banegas Medina, Elmer Bonilla Matute, Jorge Alberto Viera Chirinos, Orbin Velásquez, Erick Raudales, Javier Marín Gonzales y Abner Estrada.
Detención y operativo policial
Teodoro Rodas Dubón fue detenido el pasado 14 de enero en la ciudad de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, durante un operativo liderado por la Dirección Nacional Policial Antidrogas (DNPA) en coordinación con la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (FESCCO). Desde entonces, permaneció bajo custodia mientras avanzaba el proceso legal en su contra.
Este lunes, Rodas compareció ante la CSJ para su segunda audiencia, en la cual se presentaron medios de prueba y se discutieron los argumentos que respaldaban su extradición. Tras evaluar la solicitud de EE.UU., el juez determinó procedente la entrega del acusado, cumpliendo así con los términos del tratado bilateral de extradición entre ambos países.
Controversia sobre el tratado de extradición
La extradición de Rodas ocurre en un contexto político delicado, a solo 11 días de que el tratado bilateral de extradición entre Honduras y Estados Unidos llegue a su fin. Esta decisión fue anunciada por el gobierno hondureño tras las declaraciones de la presidenta Xiomara Castro, quien denunció supuestas «injerencias» por parte de la embajadora estadounidense en Honduras, Laura Dogu.
La tensión diplomática escaló el pasado 28 de agosto, cuando la embajadora criticó públicamente una reunión entre autoridades de Defensa de Honduras y el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, en el marco de un evento deportivo militar. Este episodio generó fricciones entre ambos gobiernos, lo que llevó a Tegucigalpa a anunciar la suspensión del tratado de extradición.
Sin embargo, antes de su vencimiento, las autoridades hondureñas han seguido procesando solicitudes pendientes, incluyendo la de Rodas. Desde 2012, cuando una reforma constitucional habilitó la extradición de hondureños, más de medio centenar de ciudadanos han sido entregados a EE.UU., destacando casos de alto perfil como el del expresidente Juan Orlando Hernández, condenado en 2024 a 45 años de prisión por narcotráfico, y el exdirector de la Policía Nacional Juan Carlos Bonilla, sentenciado a 19 años por los mismos delitos.
Impacto regional y desafíos futuros
La extradición de Rodas refleja la continua cooperación entre Honduras y EE.UU. en la lucha contra el crimen organizado, aunque también pone de relieve las tensiones políticas y diplomáticas que rodean estos procesos. Mientras tanto, la crisis del fentanilo sigue siendo una prioridad para Washington, que ha intensificado sus esfuerzos para desmantelar redes de tráfico que operan desde Centroamérica.
Para Honduras, la decisión plantea un dilema: cómo equilibrar la cooperación internacional con la defensa de su soberanía nacional, especialmente en un momento en que las relaciones con EE.UU. enfrentan desafíos significativos.