Inconformes con la Celac, Nicaragua retira embajadora y cónsul en Honduras


La dictadura de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo retiró a la embajadora y al cónsul de Nicaragua en Honduras, dos días después de expresar formalmente una serie de inconformidades por la «falta de consenso» en la declaración final de la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), realizada en el vecino Honduras los últimos días y a la que el dictador Ortega ni siquiera asistió. 

A través de los acuerdos presidenciales 54-2025 y 55-2024, publicados en La Gaceta, diario oficial de Nicaragua, la dictadura Ortega Murillo dejó sin efecto los nombramientos de la embajadora de Nicaragua en Honduras, Iris Audelly Acuña Huetes, y del cónsul nicaragüense, Walter Antonio Meza Zambrana.

Acuña Huetes fue nombrada embajadora ante Honduras desde septiembre de 2023. Anteriormente fue embajadora de Nicaragua ante República Dominicana por cuatro años, nombrada en 2019.

Aunque se desconocen las razones de la destitución de la embajadora y del cónsul ante Honduras, es un patrón de la dictadura Ortega Murillo tomar decisiones arrebatadas cuando entra en conflicto con otros países, principalmente en el plano de las «relaciones diplomáticas».

Lo que es un hecho es que el retiro de estos diplomáticos ocurre tras las inconformidades del régimen Ortega Murillo por la declaración de la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), realizada en Honduras, país vecino de Nicaragua, los días 8 y 9 de abril pasado.

Estos últimos días, la agenda regional estuvo marcada por esa reunión a la que Ortega no asistió. En su lugar envió a una delegación encabezada por el canciller del régimen, Valdrack Jaentschke; la diputada Arling Alonso y el ministro Orlando Tardencilla.

Los críticos creen que la ausencia del dictador nicaragüense se debió a la orden internacional de captura en su contra y también a las diferencias con el presidente colombiano Gustavo Petro, quien asumió la presidencia pro-tempore de la Celac en esa última reunión. 

«Nicaragua en la Celac: no hubo ni hay consenso»

Sin embargo, la dictadura Ortega Murillo desahogó todas sus inconformidades sobre la Cumbre este miércoles 9 de abril en una carta dirigida a la presidenta pro tempore saliente y presidenta de Honduras, Xiomara Castro, anfitriona del evento.

«Ha sido notoria y constante la actitud de unos cuantos países que actúan con el propósito de reducir y diluir los principios, acervos y rica historia de nuestra Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Han sido constatados los vetos y hemos identificado quienes son los que han trazado líneas rojas a nuestros esfuerzos de Integración. Nicaragua rechaza todo intento de menoscabar no sólo los ideales fundacionales de nuestra Comunidad, sino también, excluir y desatender los graves problemas que aquejan a los pueblos de nuestra Región», expresa la dictadura Ortega Murillo en una parte del escrito bajo el título: «Nicaragua en la Celac: No hubo ni hay consenso».

En otra parte explica que «Nicaragua expresó en su momento y sin titubeo que respaldaba íntegramente la propuesta que la presidencia pro tempore presentó como Proyecto de Declaración hace un mes». Los dictadores nicaragüenses consideraron que esa propuesta fue saboteada.

«La acción de quienes sabotearon este esfuerzo fueron evidentes y visibles, hasta llegar a proponer un documento minimizado, diluido que no expresa los grandes temas y problemas que enfrentan nuestros pueblos en la región y en el mundo. No estamos aquí para aceptar un documento sólo por decir que lo aceptamos. Una declaración de la Celac en condiciones mínimas debe continuar defendiendo la igualdad soberana de los estados, el derecho a la autodeterminación, la integridad territorial y la no intervención en los asuntos internos de cada país», expresa otra parte de la misiva. (Laprensani.com)


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