Nueva York, 2 de julio de 2025 — El productor musical y empresario Sean “Diddy” Combs fue declarado culpable de trata de personas con fines sexuales, aunque logró ser absuelto de los cargos más severos que enfrentaba: asociación ilícita y tráfico sexual. El veredicto, emitido este miércoles por un jurado federal en Manhattan, marca un giro inesperado en uno de los juicios más mediáticos del año en Estados Unidos.

Durante siete semanas, el tribunal escuchó testimonios de más de 30 personas, revisó miles de documentos y grabaciones, y analizó las acusaciones que pintaban a Combs como el líder de una red criminal que operaba bajo la fachada de su imperio musical. Sin embargo, el jurado —compuesto por ocho hombres y cuatro mujeres— no encontró pruebas suficientes para condenarlo por crimen organizado ni por tráfico sexual, delitos que podrían haberle costado la cadena perpetua.

El juez Arun Subramanian elogió la labor del jurado, destacando su compromiso cívico: “Lo que han hecho aquí es un acto de servicio público que debería inspirarnos a todos”.

Un ícono en caída libre

Con 55 años, Sean Combs —también conocido como Puff Daddy, P. Diddy o simplemente Diddy— ha sido una figura central en la cultura pop desde los años 90. Fundador de Bad Boy Records, impulsó las carreras de artistas como The Notorious B.I.G., Faith Evans y Mase. Además de su faceta musical, construyó un imperio empresarial que incluye líneas de ropa, bebidas alcohólicas y medios de comunicación.

Pero su imagen pública comenzó a desmoronarse en 2023, cuando su expareja, la cantante Cassie Ventura, lo acusó de violación y abuso físico. Aunque ese caso se resolvió fuera de los tribunales con un acuerdo de 20 millones de dólares, abrió la puerta a una serie de demandas civiles y, eventualmente, a la investigación penal que culminó en este juicio.

¿Qué sigue para Combs?

Aunque fue absuelto de los cargos más graves, la condena por trata de personas con fines sexuales podría acarrearle hasta 20 años de prisión. La sentencia se conocerá en las próximas semanas, y sus abogados ya han anunciado que apelarán el fallo.

Mientras tanto, el futuro de su legado artístico y empresarial queda en entredicho. Las plataformas de streaming han comenzado a retirar parte de su catálogo, y varias marcas han suspendido contratos con su firma.

Sean Combs no ofreció declaraciones tras el veredicto, pero su equipo legal insistió en su inocencia y denunció lo que consideran una “persecución mediática y judicial”.