Progresa la lucha contra el incendio que quema miles de hectáreas al oeste de España
Los efectivos de España y Portugal que luchan contra el incendio que afecta a un perímetro de 8.500 hectáreas en la región española de Extremadura (oeste) esperan darle este sábado un «golpe» por la mejora de las condiciones para trabajar, dijeron las autoridades.
«Hoy esperamos ya dar el golpe a este incendio, hay muchos medios, hay un trabajo muy intenso» en unas «condiciones en que se puede trabajar», dijo en conferencia de prensa Nieves Villar, coordinadora de protección civil, refiriéndose al menor viento en la zona.
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«Es un incendio que está mucho mejor», añadió Villar desde Pinofranqueado, localidad cercana al incendio forestal, precisando que se está aún «lejos de decir que este incendio está controlado».
Bomberos de la vecina y cercana Portugal se unieron a las tareas de extinción, explicó la coordinadora.
«Hay más de 600 intervinientes», entre ellos de «muchas comunidades autónomas [regiones españolas] y el país vecino».
En total, la superficie afectada es de «en torno a 8.000-8.500 hectáreas, pero (…) hasta que pasen unos días no se podrá afinar al milímetro», manifestó.
Además, unos 700 vecinos fueron evacuados de sus casas, y Villar dijo que de momento no se contempla su regreso.
David Barona, comandante de la Unidad Militar de Emergencias (UME), dijo a la televisión pública TVE que «el incendio en estos momentos está confinado en una zona y se está trabajando para que de ahí no salga».
Cuando todavía no ha llegado el verano, época propicia para los incendios forestales, España ya ha sufrido varios, luego de que en 2022 fuera el país más afectado de Europa, con casi 500 fuegos que devoraron más de 300.000 hectáreas, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS).
País europeo en primera línea frente al cambio climático, España experimenta desde hace varios años una multiplicación de las olas de calor, con precipitaciones cada vez más escasas e irregulares.
El primer cuatrimestre de este año ha sido el «más seco» desde que comenzaron los registros en 1961, según la Agencia Estatal de Meteorología.
A la pronunciada falta de precipitaciones se añadió a finales de abril una muy temprana ola de temperaturas extremas, que dejó el récord absoluto para un mes de abril en España peninsular de 38,8 ºC, un nivel más propio de meses estivales como julio o agosto. (rfi)