La comunidad internacional reacciona a la sublevación del Grupo Wagner contra el Kremlin


Mientras Moscú levanta sus restricciones y reafirma que está en condiciones de mantener la guerra en Ucrania, los mercenarios liderados por Yevgeny Prigozhin siguen retirándose, aunque el jefe del Grupo permanece en paradero desconocido. En este escenario, y con la incógnita de cuánto daño ha causado a Putin esta rebelión de más de 24 horas, se pronunciaron Estados Unidos, Francia, China y Venezuela, entre otros.

Según reportan medios locales, Yevgeny Prigozhin fue visto este sábado 24 de junio saliendo del cuartel general de la ciudad sureña de Rostov del Don, a más de 400 kilómetros de la capital Moscú. Sin embargo, actualmente está en paradero desconocido, y la única certeza es que el desafiante cabecilla del Grupo Wagner debe viajar a Belarús, para refugiarse, como resultado de una negociación mediada por el Ejecutivo de Alexander Lukashenko.

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El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró anoche que los cargos contra Prigozhin serían retirados, aunque no dio detalles sobre las concesiones que Moscú le habría otorgado para asegurar el cese de la sublevación armada que inició el 23 de junio.

El presidente ruso Vladimir Putin no ha ofrecido más comentarios relacionados a la retirada del Grupo Wagner de los cuarteles militares tomados por los mercenarios en las últimas horas, aunque de acuerdo a medios estatales, Putin se reunirá con el consejo de seguridad ruso en los próximos días para dialogar sobre los objetivos de la ‘operación militar especial’ en Ucrania, situación que se mantiene como prioridad para el Kremlin.

Los líderes políticos del bloque occidental se han mostrado pendientes a esta crisis de seguridad interna, el desafío más complejo de Putin en sus dos décadas en el poder, que evidenciaría las divisiones entre los altos mandos militares rusos. Divisiones que Ucrania celebra.

Blinken: la inestabilidad interna en Rusia podría durar «meses»

El secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, calificó la situación de «desafío directo a la autoridad de Putin» y expresó su desconfianza acerca de que la inestabilidad dentro del Kremlin haya finalizado con la retirada de los combatientes de Wagner.

«Hemos visto surgir más grietas en la fachada rusa. Es demasiado pronto para saber exactamente a dónde van y cuándo llegan. Pero, ciertamente, tenemos todo tipo de nuevas preguntas que Putin va a tener que abordar en las próximas semanas y meses», dijo a la cadena estadounidense ‘NBC’.

No obstante, el funcionario estadounidense describió el acto como «un asunto interno» del Estado ruso y fue enfático en aclarar que el enfoque principal de Estados Unidos es seguir apoyando militarmente a Ucrania: «Nuestra atención se centra de manera resuelta e implacable en Ucrania, asegurándonos de que dispone de lo necesario para defenderse y recuperar el territorio del que se apoderó Rusia».

Con todo, el evento de carácter golpista hizo que las agencias de inteligencia estadounidenses revelaran que, en base a sus informaciones, tenían la sospecha de que el Grupo mercenario encabezaría una posible revuelta y para Washington su mayor preocupación era la incógnita de quién se haría con el control del arsenal nuclear ruso.

Europa, con los ojos puestos en Rusia

La oficina del presidente francés Emmanuel Macron declaró por su parte que el Palacio de Elíseo se mantiene atento al desarrollo de la situación interna en Rusia, aunque concuerda con Estados Unidos en que su principal interés es «continuar con el apoyo a Ucrania».

Por otro lado, el primer ministro británico, Rishi Sunak, afirmó que su gobierno ha estado supervisando «los efectos potencialmente desestabilizadores de la guerra ilegal de Rusia en Ucrania», y que se mantiene atentos a la evolución de los acontecimientos.

En la misma tónica, la oficina de Giorgia Meloni, la primera ministra italiana, expresó que la insurrección del Grupo Wagner contra los altos mandos en el Kremlin solo es un resultado de la intervención rusa en territorio ucraniano.

«La primera ministra sigue de cerca los acontecimientos en Rusia, que muestran que su asalto a Ucrania está provocando inestabilidad dentro de Rusia», destacó el comunicado.

Para Zelenski la situación en Rusia es un «completo caos»

En una publicación en Twitter, el presidente ucraniano escribió que la sublevación de los mercenarios demuestra que «los líderes rusos no controlan nada» y mencionó que la intervención de las Fuerzas Armadas rusas en territorio ucraniano solo provoca «devastación» dentro de Rusia.

«Cuanto más tiempo permanezcan sus tropas en tierra ucraniana, más devastación traerán a Rusia. Cuanto más tiempo esté esta persona (Vladimir Putin) en el Kremlin, más desastres habrá», tuiteó el mandatario ucraniano.

A pesar de todo, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, mencionó para la cadena de noticias estatal ‘Ukrinform’ que las tropas ucranianas podrían aprovechar el momento convulso que experimenta Moscú para ganar terreno en la guerra.

«Cualquier caos tras las líneas enemigas favorece nuestros intereses», sentenció Kuleba. El principal encargado de las relaciones exteriores de Kiev también habló con Anthony Blinken para planificar el futuro de la contraofensiva ucraniana y cómo los sucesos del fin de semana podrían influir en su operación.

China da su apoyo al Kremlin, pero descarta una posible intervención

Luego de que el ministerio de Exteriores ruso anunciará que su viceministro de Exteriores, Andrei Rudenko, tuvo conversaciones «de alto nivel» con funcionarios chinos, el órgano responsable de las relaciones exteriores del Kremlin manifestó que China respalda los esfuerzos de Rusia para mantener su seguridad nacional.

«La parte china expresó su apoyo a los esfuerzos de los dirigentes de la Federación Rusa por estabilizar la situación en el país en relación con los sucesos del 24 de junio y confirmó su interés por reforzar la cohesión y la prosperidad de Rusia», recogió el ministerio de Exteriores ruso en un comunicado público.

En Beijing, a pesar de que en un inicio el Ministerio de Exteriores chino había declarado que Rudenko se reunió con el responsable de la diplomacia china, Qin Gang, únicamente para conversar sobre «cuestiones internacionales y regionales de interés común», el órgano expresó después su apoyo a Rusia por sus acciones para «mantener su estabilidad nacional».

Beijing declaró que los sucesos del fin de semana son «asuntos internos» en los que no va a intervenir. Una postura similar a la tomada por el Gobierno de Israel que, como es habitual desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania, se mantiene esquivo a tomar un bando en la guerra.

«Aunque se trataba de un asunto interno ruso en el que Israel no estaba implicado, Israel seguirá vigilando de cerca la evolución de los acontecimientos», redactó la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu.

Palabras que aprovechó la embajada ucraniana en Tel-Aviv para arremeter contra el Gobierno de Netanyahu; bajo su óptica, Israel ha «elegido el camino de la estrecha cooperación con Rusia».

Apoyo a Vladimir Putin desde tres países de Latinoamérica

En otras latitudes, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, calificó de «victoria» de Vladimir Putin la retirada de los mercenarios y condenó las acciones del Grupo Wagner, las cuales describió de «métodos terroristas».

«Vladimir Putin se enfrentó a un intento de traición y a una guerra civil, y en este momento sale victorioso con Rusia en paz», dijo el mandatario venezolano, quien a su vez reafirmó el respaldo a su homólogo ruso. «Desde Venezuela, todo nuestro apoyo al presidente Vladimir Putin, hermano de Venezuela», concluyó Maduro.

Por último, los mandatarios de Nicaragua y de Cuba, Daniel Ortega y Miguel Díaz-Canel respectivamente, respaldaron al Kremlin. El líder cubano fue más enfático y manifestó su solidaridad con Putin «ante los intentos de provocar una rebelión armada». (france24)


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