
Combustibles encarecen más de L 5 en dos mes
Los precios de los principales combustibles que utilizan los hondureños se han disparado en las últimas ocho semanas, acumulando aumentos considerables que ya afectan directamente el bolsillo de los consumidores y encarecen la canasta básica de alimentos.
La gasolina regular ha subido L 5.70, mientras que el diésel ha incrementado L 5.10 y la gasolina superior, L 4.14, según datos oficiales del sistema de precios en Honduras. En el caso del keroseno, producto utilizado en hogares humildes para cocinar o alumbrar, el aumento acumulado es de L 5.44 en solo cinco semanas.
La tendencia alcista comenzó en la segunda quincena de mayo y ha continuado sin interrupción. En las últimas dos semanas, los incrementos han sido más marcados: L 1.45 en la semana que finaliza y L 1.77 que entrará en vigor a partir del lunes 7 de julio, desde las 6:00 a.m.
Por ejemplo, el galón de diésel, que costaba L 80.34 en mayo, llegará a L 86.04, mientras que el keroseno, que estaba en L 70.69, subirá a L 76.13 a partir de mañana, con un incremento de L 1.60.
Golpe al consumidor: alimentos más caros por subida del diésel
El impacto de estas alzas no se queda en las estaciones de servicio. Según Adalid Irías, representante de la Iniciativa Ciudadana de Defensa de la Comida, al menos 50 productos de la canasta básica ya reflejan incrementos por el aumento del diésel, vital para el transporte de mercancías.
“La canasta básica, que estaba cerca de L 15,000 al iniciar el año, ya ronda los L 15,500, y si las alzas continúan, la inflación seguirá castigando a los hogares hondureños”, advirtió Irías.
Además, instó al gobierno a intervenir con medidas de contención, advirtiendo que la situación amenaza con volverse insostenible para las familias de menores ingresos.
Perspectivas inciertas
Aunque las autoridades no han anunciado una estrategia inmediata para contener los precios, los expertos temen que si no se actúa pronto, el país podría enfrentar un nuevo repunte inflacionario.
Mientras tanto, los hondureños deben prepararse para seguir pagando más por combustibles y por los alimentos que cada vez cuestan más llevar a la mesa.