Shakira nada en su nueva canción, en el mar de un amor vacío


Shakira lleva algo más de un año botando el dolor y la rabia que carga en el amor, cambiando de piel si se quiere, y esta vez lo muestra explícitamente en forma de escamas.

Pocas semanas después de que Disney sacara la nueva versión de La Sirenita, la cantante colombiana aparece en un nuevo video con la cola de un pescado y el cabello rosáceo de la protagonista del mar. “Siempre estás ocupado con tanto negocio; estará bien, mi amor, un poquito de ocio”, dice la nueva canción, Copa Vacía, sobre una mujer insatisfecha con un hombre que piensa más en el dinero que en quien tiene al lado.

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 “Quedo con ganas de más y queriendo beber de una copa vacía”, añade ella en esta nueva canción sobre la escasez del deseo y producida en colaboración con el cantante colombiano de música urbana Manuel Turizo, un artista de 23 años que en el video aparece como un príncipe que no tiene cola de pescado, sino dos piernas. La tragedia de un ser bípedo frente ante una fantástica sirena.

A diferencia de La Sirenita de Disney, sin embargo, Shakira no le entrega su voz y sus cantos a un pulpo para tener dos piernas y perseguir al príncipe: viven en mundos distintos, ella es calor y él es frío, él no respira agua y ella sí, y no hay nada que cambiar. “Estás más frío que el mes de enero, pido calor y no das más que hielo”, dice ella.

“Yo no soy mecánico pero trato de arreglarlo y no funciona; reanimando un corazón que no reacciona”, le responde él. Diferencias irreconciliables. La sirena se ve a momentos sobreviviendo entre la basura del océano, una alusión a la contaminación de plástico en el mar y a la porquería de vivir en un amor vacío.

Las canciones que venden el amor romántico se acabaron en el mundo de Shakira: estos ya no son los días de Día de Enero o Hay Amores, baladas de hace dos décadas. Desde hace más de un año, Shakira tiene una seguidilla de canciones en las que se despide de los versos cursis y de la relación que tuvo con el futbolista Gerard Piqué: Te Felicito, en la que con ironía le dijo a su expareja que era muy bueno engañándola; Monotonía, en el que decía que la culpa del fin de la relación no era del uno u el otro; Music Sessions #53, en la que en tono más vengativo dice que ella no se iba a dedicar a llorar sino a facturar por ese corazón roto; y TQG, en la que literalmente le dice a su ex que ella es más grande que él (ella es “más buena, más dura, más level”). Las dos últimas canciones estuvieron este año entre las más escuchadas en la plataforma Spotify a nivel global.

En ese camino Shakira pasó por la bachata, el reguetón y el trap, con colaboraciones con algunos de los cantantes de música urbana más famosos como Karol G y Rauw Alejandro. Hace un mes se fue a hacer un solo de piano más sencillo y dulce con Acróstico, una canción dedicada a sus dos hijos en la que les dice que no se preocupen por el plato que rompió el papá: ella les mostrará cómo cuidar el resto de la vajilla.

Copa Vacía llega con menos ataques dirigidos a Piqué y a su nueva pareja, Clara Chía, y hace poco Shakira decía en una entrevista a la revista People que su foco hoy está en otro lado. “Estoy reconstruyendo el nido”, dice la cantante, que dejó Barcelona con sus dos hijos y se mudó a Miami. Se rumora que quizás sale con el piloto de fórmula 1 Lewis Hamilton, pero incluso si eso llegara a ser cierto, el automovilista británico aún está lejos de aparecer en una canción. El único amor que Shakira anda buscando es más esquivo que los peces y las sirenas, ese que llaman el amor propio.

“No niego que muchas veces me cuestiono, como lo hacemos todos, si somos merecedores del amor”, le dijo Shakira a People. Pero añade: “Hasta que aprendemos a amar, a aceptarnos como somos, y dejamos de creer que solo valemos si alguien nos lo demuestra, y empezamos a trabajar en realmente creerlo. Pero hay de todo un poco”. (elpaìs)

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