Un nuevo hecho de sangre sacudió al municipio de Nacaome la mañana de este miércoles, cuando desconocidos dispararon y asesinaron a Héctor Jiménez, un joven vecino del barrio El Calvario, sin que hasta el momento se hayan esclarecido los motivos del crimen.

Según el informe preliminar de la Policía Nacional, el ataque ocurrió en las últimas horas mientras la víctima se encontraba en vía pública. Tras recibir múltiples impactos de bala, Jiménez falleció en el lugar. Su cuerpo fue trasladado a Tegucigalpa para la respectiva autopsia y levantamiento cadavérico.

El caso conmociona aún más a la comunidad, pues Héctor era hijo de la señora Mirna Ortiz, quien también fue asesinada el pasado 3 de marzo en Choluteca. Ortiz, originaria del barrio Morazán de Nacaome y de profesión enfermera, murió al ser ataque a tiros por sujetos en motocicleta, cuando desayunaba en un puesto de baleadas, poco antes de viajar a Estados Unidos para recoger encomiendas.

“Nuestra familia está devastada: primero mi madre, y ahora mi hermano”, comentó un familiar de las víctimas, pidiendo a las autoridades que investiguen con celeridad y encuentren a los responsables.

Hasta ahora, las autoridades no han reportado detenciones ni identificado a sospechosos. El Ministerio Público y la Policía de Valle anunciaron que reforzarán las investigaciones en la zona, donde la ola de crímenes ha elevado la alarma entre los vecinos.

Este doble homicidio pone de relieve la preocupación creciente por la inseguridad en el sur de Honduras, donde las muertes violentas afectan no solo a las víctimas directas, sino al tejido social de comunidades enteras.