Tegucigalpa / Nueva York, 23 de septiembre de 2025 — La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, no participará en el 80º periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde líderes como Donald Trump ya han intervenido con discursos sobre inmigración y relaciones internacionales. La mandataria ha optado por permanecer en territorio nacional para encabezar actividades en el departamento de Olancho, según confirmaron fuentes oficiales.

Castro tiene previsto inaugurar este martes una planta fotovoltaica en Terrero Blanco, Patuca, a las 11:00 a. m., y supervisar el tramo carretero del anillo agrícola en El Vijagual a las 2:00 p. m., como parte de su agenda de desarrollo territorial.

Reacciones políticas

La ausencia de la presidenta en el foro multilateral ha generado reacciones encontradas. El analista político Luis León minimizó el impacto diplomático de la decisión, señalando que “muchos presidentes deciden no ir y no pasa nada”, aunque advirtió que “en Honduras pensamos que estamos en el radar del planeta, pero realmente no es así”.

Más contundente fue el presidenciable Salvador Nasralla, quien calificó la no asistencia como “una cachetada para Estados Unidos” y advirtió sobre posibles consecuencias económicas. “A lo que se está arriesgando Honduras con esta actitud de Xiomara es a que el presidente de Estados Unidos diga en cualquier momento: señores, vamos a hacer una pausa con el envío de remesas para Honduras”, declaró Nasralla.

El candidato liberal también alertó sobre el riesgo de que se suspendan exportaciones clave como el maíz y el arroz, lo que afectaría directamente la producción avícola y el abastecimiento alimentario nacional. “Es súper peligroso lo que está haciendo Xiomara Castro”, insistió, atribuyendo la decisión a presiones del “comunismo internacional”.

La Asamblea General de la ONU reúne esta semana a jefes de Estado y de Gobierno para abordar temas como cambio climático, migración, conflictos armados y cooperación multilateral. La ausencia de Honduras en este espacio ha sido interpretada por algunos sectores como una oportunidad perdida para posicionar al país en la agenda global.