
Trump ordena la reapertura de la prisión de Alcatraz
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el domingo la reapertura y modernización de la prisión de Alcatraz, la icónica cárcel federal situada en una isla en la bahía de San Francisco, California, que cerró sus puertas en 1963.
En un mensaje publicado en su plataforma Truth Social, Trump señaló que la prisión será «ampliada sustancialmente» para albergar a «los delincuentes más despiadados y violentos de Estados Unidos».
Según el anuncio, el objetivo es fortalecer la seguridad pública mediante el confinamiento de criminales de alta peligrosidad en una instalación aislada y de máxima seguridad.
La decisión ha generado debate, con opiniones divididas entre quienes apoyan la medida como una solución al crimen y quienes la consideran un retroceso en las políticas de rehabilitación penitenciaria.
Contexto histórico de la prisión de Alcatraz
La prisión federal de Alcatraz, operativa entre 1934 y 1963, es una de las cárceles más famosas del mundo, conocida por su ubicación en una isla rocosa a 2.4 km de la costa de San Francisco, rodeada por aguas frías y corrientes fuertes que hacían prácticamente imposible escapar.
Apodada «La Roca», fue diseñada para albergar a los prisioneros más peligrosos y difíciles de controlar, incluyendo figuras notorias como Al Capone y Robert Stroud, el «Hombre Pájaro de Alcatraz».
Durante sus 29 años de funcionamiento, Alcatraz fue sinónimo de aislamiento y disciplina estricta. Aunque se reportaron 14 intentos de fuga, se cree que ningún preso logró escapar con vida, aunque el caso de 1962, en el que tres reclusos desaparecieron, sigue siendo un misterio.
La cárcel cerró en 1963 debido a los altos costos operativos y al deterioro de sus instalaciones.
Desde entonces, Alcatraz se convirtió en un parque nacional y una popular atracción turística, administrada por el Servicio de Parques Nacionales. La isla recibe miles de visitantes cada año, atraídos por su historia y su aura de impenetrabilidad.
La propuesta de reapertura plantea preguntas sobre la logística, el impacto ambiental y la viabilidad económica de reactivar una prisión en un lugar ahora considerado patrimonio histórico.