ChatGPT, Llama, Bard o Bing: quién es quién en la carrera de los ‘chatbots’ conversacionales


Es una carrera comercial entre las primordiales compañías tecnológicas del planeta.

La llegada de ChatGPT, desarrollada por OpenAI, ha alterado la interacción humana con la inteligencia artificial (IA), provocando una revolución sin precedentes en el mundo entero. Su debut a fines de dos mil veintidos y su indiscutible éxito desde ese momento ha forzado a los gigantes tecnológicos a competir por ofrecer las soluciones más avanzadas o polivalentes.

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Meta tiene su chat, Llama dos, y termina de presentar a Code Llama, desarrollado particularmente para los programadores que escriben código y que puede captar a los clientes del servicio que emplean los modelos de pago de Microsoft u OpenAI. Google asimismo tiene su robot conversacional que habla en primera persona, se hace pasar por humano y efectúa las labores más creativas.

Aunque Apple no haya confirmado su versión, esto no quiere decir que se haya excluido de la competición. Según Bloomberg, la compañía de Cupertino prueba la inteligencia artificial generativa interiormente, lo que señala que podría tener planes para incluirla en sus productos más populares, como el iPhone o el iPad.

ChatGPT, el primero y el más potente

ChatGPT, el chatbot de IA generador de texto de OpenAI, marcó el comienzo de la era de los chats conversacionales y en menos de 5 días desde su lanzamiento, ya contaba con más de un millón de usuarios. La versión GPT-treinta y cinco es de uso gratis y capaz de redactar ensayos, traducciones, código, poemas y más desde breves indicaciones de texto.

También puede contestar a preguntas de una forma informativa, aun si son abiertas o especiales. Pero reúne información hasta dos mil veintiuno, por lo que no es capaz de producir o valorar información de actualidad.

Los usuarios que pagan veinte dólares americanos mensuales (unos dieciocho euros) tienen acceso a GPT-cuatro, la versión más potente que se comunica de forma más natural y fluida que el modelo gratis, y asimismo es mejor al redactar código de programación.

Entre las mejoras significativas, se conecta a internet, capta la ironía y es capaz de generar texto que es indistinguible del texto escrito por humanos. Además, los usuarios de pago tienen acceso al chatbot aun a lo largo de los picos de uso, cuando la plataforma deja de marchar en su versión gratis.

Meta: Llama dos y Code Llama

Meta, la compañía de Marck Zuckerberg, ha forjado su camino en la carrera de la inteligencia artificial con Llama. Inicialmente, este modelo estaba reservado para estudiosos convidados, hasta el momento en que se filtró en el foro de discusión 4chan solo una semana tras su lanzamiento.

A mediados de julio, Zuckerberg lanzó Llama dos, cuyo asociado primordial es Microsoft. Se trata de una versión entrenada con un cuarenta% más de datos y que se conecta a internet.

Llama dos ha marcado un giro en el campo de la inteligencia artificial por el hecho de que, al ser una plataforma de código abierto, deja a las compañías crear sus aplicaciones de forma gratuita.

 Además, el jueves la compañía hizo público Code Llama, una alternativa optimada para los programadores que promete “reducir la barrera de entrada para las personas que están aprendiendo a codificar”, conforme explicó la compañía. Al ser gratis, podría tener un impacto aún mayor en la competencia al disuadir a los usuarios de decantarse por asistentes de pago, como GitHub Copilot de Microsoft, el que opera con tecnología de OpenAI.

El usuario que desee descargar los dos modelos, Llama dos o Code Llama, puede solicitarlo en la página web, más el acceso no es inmediato. No obstante, Llama dos se puede probar en forma de chat en este desarrollo de Perplexity Labs.

Meta asevera que el modelo está entrenado con datos on-line libres en público, más sus resultados semejan ser inferiores a los de su competencia. Entre los fallos, cambia de idioma al inglés de forma azarosa. Pese a críticas, la compañía confía en el enfoque colaborativo, pese a las preocupaciones de lo que eso puede suponer si acaba a cargo de malos actores.

Google: Bard y Worskpace

Bard, de Google, es gratis. Para emplearlo, solo hay que tener una cuenta de la compañía, exactamente la misma que se usa en Gmail o Drive. Al igual que ChatGPT, da múltiples contestaciones para una sola pregunta, mas tiene mayor versatilidad: alén de escribir textos, puede leer en voz alta, de forma afín a la función que ya existe en el popular traductor de Google.

Y las contestaciones generadas pueden remitirse a Gmail o Docs, o compartirse por medio de un link público.

Una gran diferencia en frente de GPT-treinta y cinco es su acceso a información actualizada. Mientras la versión gratis de OpenAI reúne información hasta dos mil veintiuno, Bard se alimenta de la lozanía de la web. Además, rastrea la fuente de sus contestaciones y el usuario puede acceder a ella de manera directa desde un link en el chat.

El chat conversacional no es la única apuesta de Google. La compañía ha revelado nuevas actualizaciones en Workspace, su herramienta para empresas. Los nuevos recursos dejarán, por poner un ejemplo, resumir y contestar a largos hilos de e-mails, transformar esas conversaciones en informes e, aun, esos informes en diapositivas. Según la compañía, asimismo va a dar posibilidad de personalizar docenas de mensajes en una hoja de cálculo. Hasta la data, solo ciertas empresas han podido probar las nuevas funcionalidades.

Microsoft: Bing y Copilot

Microsoft está implicada en prácticamente todos los frentes. Tiene una coalición con Meta para Llama dos y es la enorme inversora de OpenAI (con diez millones de dólares americanos). Pero asimismo tiene su modelo de chat conversacional: Bing, la versión renovada de su motor de búsqueda, incluye información de internet, presenta las fuentes de sus contestaciones, y es posible exportarlas en formato Word, PDF o texto.

La gran esperanza de la compañía es quitarle porciones de mercado a Google, pese a que tiene ciertas restricciones. Por ejemplo, responde solo hasta 5 preguntas en un mismo hilo de charla. Cuando llega a este límite, hay que comenzar un nuevo chat.

Por otro lado, entre los beneficios en frente de Bard, la apuesta de Microsoft resalta por su habilidad para hacer buscas más complejas en ciertas ocasiones. Por ejemplo, al solicitarle la recomendación de un restaurant libre en una data concreta, Bing no solo presenta los nombres pertinentes, sino más bien asimismo sus respectivos sitios para hacer una reserva; al tiempo que Bard se restringe solamente a ofrecer los nombres.

La incógnita de Apple

Apple semeja proseguir una estrategia más precavida.

El pasado junio anunció su empleo de inteligencia artificial para progresar la autocorrección y el dictado en iOS diecisiete, marcando un enfoque más modesto en comparación con sus contendientes. La empresa aun evita mentar términos como GPT, IA o modelos de lenguaje avanzados en sus presentaciones. No obstante, según ha reportado Bloomberg, la compañía de la manzana está usando una herramienta interiormente afín a ChatGPT para asistir a sus empleados en sus tareas.

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Mientras tanto, pondera incorporar dicha tecnología en sus productos, que podría llevar el nombre de Apple GPT, conforme los cotilleos. Con esta innovación, los usuarios de Apple podrían emplear las capacidades conversacionales de manera directa en iOS, iPadOS, macOS y watchOS, alcanzables con su ID de Apple, sin descargar aplicaciones de terceros. (Forbes)


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